Salterio 1° Semana. Tomo 1 Adviento/1°
Miércoles 28 Noviembre
Santos Catalina Labouré vg, Esteban mj mr,
Andrés Trán mr
Papa Francisco: En el episodio del centurión que se postra ante Jesús para pedirle que cure a su siervo, el Señor se maravilló de la fe que tenía. Había hecho un camino para encontrar al Señor. Pero lo había hecho con fe. Por ello no sólo encontró al Señor, sino que sintió la alegría de haber sido encontrado por el Señor. Y este es precisamente el encuentro que nosotros queremos, el encuentro de la fe. Encontrar al Señor, pero dejarnos encontrar por Él. ¡Es muy importante! Cuando sólo nos limitamos a encontrar al Señor, somos nosotros —pero esto digámoslo entre comillas— los"dueños"de este encuentro. Cuando, en cambio, nos dejamos encontrar por Él, es Él quien entra dentro de nosotros y nos renueva completamente. Esto es lo que significa que venga Cristo: rehacer todo de nuevo, rehacer el corazón, el alma, la vida, la esperanza, el camino. Comenzamos este camino con la oración, la caridad y la alabanza, a corazón abierto, para que el Señor nos encuentre.
PALABRA:
Al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».Jesús le contestó: «Voy yo a curarlo». Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy quién para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace». Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino e los cielos».
ORACION:
Isaías 2,1-5; Salmo 121,1-9 • MATEO 8,5-11
JESÚS, quienes no te conocían y descubren la grandeza de tu amor, se quedan deslumbrados, y nos dan lecciones de fidelidad a quienes desde que nacimos vivimos en ambiente cristiano. Yo quiero mirarte con ojos nuevos, dejándome sorprender por la grandeza de tu amor, para amarte con corazón nuevo. (Sigue tu oración personal).
Basta que lo digas de palabra.
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