Tiempo Ordinario/3º Salterio 2° Semana. Tomo IV
Lunes 29 Octubre
Santos Narciso ob, Feliciano mr, Honorato ob,
Joaquín Royo pb mr
Papa Francisco: La historia de la salvación es la historia de la fidelidad de Dios y de la infidelidad del pueblo. Dios, sin embargo, no se cansa. Dios tiene paciencia, tiene mucha paciencia, y en el tiempo sigue educando y formando a su pueblo, como un padre con su hijo. Dios camina con nosotros. Dice el profeta Oseas: «Yo he caminado contigo y te he enseñado a caminar como un papá enseña a caminar al niño». Hermosa esta imagen de Dios. Así es con nosotros: nos enseña a caminar. Y es la misma actitud que mantiene en relación con la Iglesia. Incluso nosotros, en nuestro propósito de seguir al Señor Jesús, experimentamos cada día el egoísmo y la dureza de nuestro corazón.
PALABRA:
Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos
para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que te convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a este". Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:"Amigo, sube más arriba". Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Filipenses 1,18b-26; Salmo 41,2-5 • LUCAS 14,1.7-11
SEÑOR, la humildad es elemento esencial del ser cristiano. No tengo ningún motivo para considerarme mejor que los demás. Si hay algo bueno en mi vida es obra tuya, de lo que no puedo gloriarme y sí glorificarte. Y tengo muchos motivos para humillarme, sabiendo que soy un pecador y que "un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias". ¡Ten misericordia de mí, que soy un pecador! (Sigue tu oración personal).
Todo el que se enaltece será humillado,
y el que se humilla será enaltecido.
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