sábado, 30 de septiembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DÍA 29/09/2017 DÍA DE LOS ARCANGELES-MIGUEL-RAFAEL Y GABRIEL DÍA DE INLÉ (MÉDICO DE LA OSHA)


Viernes 29 Septiembre
Oficio de la f
Dan 7,9-10.13-14
(o bien: Ap 12,7-
12a) / Sal 137 /In
1,47-51





Stos. Arcángeles
Miguel, Gabriel y
Rafael f.
Adolfo; David;
Eutiquio; Plauto

PALABRA:
Juan 1,47-51
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?». Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey dg Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».


Los mensajeros de Dios
Los arcángeles son los mensajeros de Dios. Y a través de ellos Dios envía sus recados a los hombres, se comunica con nosotros. Miguel encabeza el enfrentamiento contr Luzbel. Gabriel protagoniza la Anunciación a la Virgen María. Y Rafael acompaña una
a Tobías durante su viaje. Los ángeles de Dios descienden y sirven a Jesús. Acaso una sugerencia práctica para nosotros, quizás pueda ser «hacer de ángeles a lo largo de nuestra vida», humildes «recaderos de Dios» para nuestros hermanos, acompañantes fieles de cuantos necesitan custodia. En muchas situaciones y para algunas personas todos tenemos un «recadito» que ofrecer de parte del Señor. Podrá ser un consejo, una palabra de aliento, el regalo de una sonrisa abierta a la esperanza.

Señor, envíanos a tus ángeles para que nos acompañen, nos protejan y guíen nuestros pasos por los senderos de la historia. Y haz que cada uno de nosotros podamos hacer también el papel de ángel con los demás, ayudándoles y protegiéndoles, en aquello que más nos necesiten. 


                         






viernes, 29 de septiembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 28/09/2017 VÍSPERA DE SAN RAFAEL (ÌNLÉ)


Jueves 28 Septiembre
XXVI del 1:0.
2° del salterio
Zac 8,1-8 /Sal 107 / 
Lc 9,46-50









S. Wenceslao / S. 
Lorenzo Ruiz y 
comp., m.l. 
Adolfo y Juan; 
Antonino; Simón de 
Rojas; Bernardino

PALABRA:
Lucas 9,46-50
En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús, adivinando 1o que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante». Juan tomó la palabra y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir». Jesús le respondió: «No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro».

El tesoro de la humildad
En el evangelio encontramos varios pasajes en los que se nos habla de la obsesión de aquellos apóstoles: saber quién es el más importante en el reino de los cielos; conocer las claves para ocupar los primeros puestos; encaramarse por encima de los demás. O lo que es lo mismo: el afán humano por sobresalir sobre los demás, por ser más importante que los otros. Suele decirse que la apetencia por ser importante es más fuerte que la apetencia por ser rico. ¡Hasta dónde llega nuestra vanidad y nuestro deseo de poder humano! Ese «endiosamiento» nos persigue siempre y nos abre a luchas encarnizadas. Jesús va inculcando a sus apóstoles el valor de la humildad, porque una persona humilde está siempre abierta a la acogida. La apuesta de Dios es por lo más pequeño, por lo más débil. En una palabra, por el que más lo necesita.

Señor, ojalá aprendamos bien la lección de la humildad. La escala de valores no está en el poder sino en el amor y en la entrega. Todo poder avasalla siempre, y quiere saltar por encima de un prójimo al que se utiliza y se humilla. La imagen del niño enternece nuestro corazón.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    
                






jueves, 28 de septiembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 27/09/2017



Miércoles 27 Septiembre
2° del salterio 
Núm 11,25-29 / Sal 
18 / Sant 5,1-6 / Mc 
9,38-43.45.47-48 







Vicente de Paúl; 
Florentino; Hilarlo; 
Leoncio; Marcos; 
Terencio 


PALABRA:
Números 11, 25-29
En aquellos días, el Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del Espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el Espíritu, se pusieron a profetizar enseguida. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda. Pero el Espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento». Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino: «Señor mío, Moisés, prohíbeselo». Moisés le respondió: «¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el Espíritu del Señor!».






Salmo 18
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.








Santiago 5,1-6
Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego. ¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final! El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.


Marcos 9,38-43.45.47-48
En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros». Jesús respondió: «No se lo impidáis; porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no,se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en.el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».

El cristiano no es alguien que cierra puertas
Jesús no quiere como discípulos a gente que cierra puertas, a intolerantes, a intransigentes que, además, se consideran privilegiados. Y menos, a gente excluyente, que elimina, que deja fuera, que expulsa de su lado a otras personas. Todo el que hace el bien, todo el que libera a otras personas de sufrimientos, opresiones y fuerza de muerte, esté en el grupo que esté, tenga las creencias que tenga, merece nuestro respeto, nuestra aceptación. Asimismo, Jesús se muestra muy duro con los que dañan, con los que causan mal a los débiles, a los indefensos. Con todos los que «escandalizan», como causantes de que otros se internen en los campos de la maldad.


Señor, que seamos siempre sembradores de bien, constructores de paz, compartiendo los mejores paisajes y las mejores actitudes. Que no «dañemos» ni seamos causantes de que otros «dañen». Que no abramos a nadie las sendas del mal, que no «escandalicemos» a tantos débiles como esperan de nosotros horizontes de bien.



                







miércoles, 27 de septiembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL 26/09/2017 DIA DE SAN COSME Y SAN DAMIÁN (LOS IBEYIS)



Martes 26 Septiembre
XXV del TO.
1º del salterio
Zac 2,5-9.14-15a/
Sal ler 31,10-13 /Lc
9,436-45





Stos. Cosme y
Damián, m.I.
Cipriano de
Antioquía; Teresa
Coudetc

PALABRA:
Lucas 9,43b-45
En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres». Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían XXV del T.O. el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el
asunto.


¿Por qué tantos miedos?
Jesús, en su caminar, en la predicación de su reino, va levantando admiración, seguimiento y respeto, por una parte, y por otra, rechazo a lo que dice y hace. De nuevo, anuncia su pasión y muerte, pero «ellos no entendían este lenguaje». ¿Por qué? Sencillamente porque sus planes no coincidían con los planes de Dios. Habían planteado un seguimiento de Jesús basado en las ventajas humanas, en los poderes temporales. Las aspiraciones de los discípulos no coincidían con los proyectos de Jesús. Y eso es algo que nos ocurre a todos. En vez de acoger los caminos del Señor para recorrerlos con Él, anteponemos los nuestros para que Él los acepte, siendo, en muchas ocasiones, diametralmente opuestos a los suyos. Nos cuesta reconocerlo, pero los miedos de aquellos discípulos son también nuestros propios miedos.



Señor, ya sabemos tus caminos: pasión, muerte y resurrección. Ya conocemos los valores de tu reino: verdad, amor, justicia y libertad. Y hemos aprendido la lección de tu vida: entregarnos y realizar la voluntad del Padre, cada día, cada hora. ¿Por qué, entonces, Señor, tanto miedó y tanta angustia?





























































martes, 26 de septiembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL 25/09/2017




Lunes 25 Septiembre
XXV del TO.
lº del salterio
Ag 1,15b-2,9/Sal 
42 / Lc 9,18-22







Na Sra. de la 
Fuencisla; Nicolás de 
Flue; Marcos Criado;
Sergio de Radonez; 
Bto. José Benito

PALABRA:
Lucas 9,18-22
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro tomó la palabra y dijo: «El.Mesías de Dios». Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».



¿Quién es para nosotros Jesucristo?
El eco de aquella pregunta de Jesús a sus apóstoles resonará muchas veces en nuestras conciencias libres: «¿Quién soy yo para ti? ¿Cómo me ves? ¿Qué piensas de mí? ¿Cómo te relacionas conmigo?». No podemos dejar a un lado estas preguntas sino afrontarlas con sinceridad y ofrecer nuestra respuesta. ¿Qué contestaríamos cada uno de nosotros? Hay una respuesta que llena de alegría inmensa: «Señor, Tú eres mi salvador». ¡Cómo esponjan el alma estas palabras! Sí, Tú me ofreces en todos los momentos de mi vida la salvación, o lo que es lo mismo, el sentido de mis pasos, la alegría en mi corazón, la esperanza en tus promesas. Contigo me siento resucitado


«Señor, sálvame», dijo tu apóstol Pedro cuando se hundía en el lago de Tiberíades. Probablemente es la oración más breve del evangelio, pero también, la más hermosa. Puede salir de nuestros labios cuando nos veamos acechados por el peligro. Sentiremos, entonces, tus manos infinitas que nos devuelven la vida y a la vida.




                 



domingo, 24 de septiembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 24/09/2017 (DÍA DE LA MERCED)

Domingo 24 Septiembre
XXV del T.O.
lº del salterio
Ag 1,1-8 / Sal 149/
Lc 9,7-9







Na Sra de la Merced;
Pacífico de San
Severino; Gerardo;
Pafnucio

PALABRA:
Lucas 9,7-9
En aquél tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabia a que atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía: «A Juan lo mandé a decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?». Y tenía ganas de ver a Jesús.




Realizar nuestra misión
El texto es breve pero su mensaje profundo. Nos presenta la pregunta que traspasa las entrañas de la historia: «¿Quién es Jesús de Nazaret?». Hasta el propio Herodes se ve envuelto en la polémica, «al enterarse de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse». Quién era Jesús? ¿Era un hombre como los demás? Y si era más que los demás, ¿podemos saber si era o no Dios?. Nosotros creemos en Jesucristo como Hijo de Dios vivo, creemos en sus palabras, que son palabras de vida eterna. Herodes no aparta a Cristo ni un ápice en el cumplimiento de su misión. La amenaza del poder no desvió a Jesús de seguir anunciando la Buena Noticia a los pobres, de curar a los enfermos, de dar de comer a los hambrientos, de traernos y presentarnos a un Dios Padre que nos ama con locura. Frente a todo tipo de amenaza, valentía y entrega generosa.


Señor, encontraremos en la vida mil dificultades y obstáculos. Y, aún más, el poder limitará en ocasiones nuestra libertad, y hasta es posible que nos veamos acosados y perseguidos. Deja en nosotros siempre aquella actitud tuya de audacia frente a Herodes, para que sigamos así realizando nuestra misión evangelizadora.




              





CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 23/09/2017 (VÍSPERA DE LAS MERCEDES)


Sábado 23 Septiembre
XXV del T.O
1° del salterio 
Esd 9,5-9 / Sal Tob
13,2-6/1c 9,1-6






S. Pío de 
Pietrelcina, m.o. 
Lino; Liberio; 
Adamnán; Tecla; 
Bta. Mª de Jesús 
López de Rivas

PALABRA:
Lucas 9, 1-4
En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder  sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles «No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja  ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayaís de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa». Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes


El reino es vida
Si tuviéramos que definir con una sola palabra lo que es el reino de los cielos, no tendríamos duda en escoger la palabra «vida»: «el reino es vida». Por eso, Jesús, en el envío de los Doce, les da poder y autoridad para expulsar demonios y curar enfermo o lo que es lo mismo, para remediar males y hacer más feliz a la gente. A veces, hemos podido creer que todo es cruz y que la vida hay que convertirla en cruz, con tintes de tristeza, para situarnos así en el verdadero cristianismo. El reino de los cielos nos abre a otro mundo completamente distinto: no es el mundo del dinero, ni de los poderosos medios humanos. Es el mundo de la libertad, de la humanidad de la bondad, del respeto, de la tolerancia, del cariño. Jesús nos envía para paliar el sufrimiento con entrega generosa, para sembrar la felicidad de valorar y ensalzar la dignidad de cada persona.


Alguién te dijo, Señor: en la ciudad perdida yo y tu nombre, el mundo es tan pequeño como un nido olvidado, tan triste como un pájaro sin alas ni garjeas. ¡Pero tus alas cubren su llorada miseria, mi dormida esperanza!



               




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