domingo, 31 de diciembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 30/12/2017


Sábado 30 Diciembre
Octava de Navidad 
Oficio del día
1Jn 2,12-17/Sal 95
/Lc2,36-40





Sabino; Honorio;
Liberia; Rainiero

PALABRA:
Lucas 2,36-40
En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Asen Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.


Ana, mujer sencilla
¡Cuántas personas sencillas cruzan a nuestro lado! En unas líneas, el evangelio nos habla de Ana, «que no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones». Pero su mejor destello, su lección más hermosa, se centra en estas palabras: «Hablaba del niño a todos los que esperaban la liberación...». ¡Cuánta gente nos habla de Dios, en susurros y en gestos silenciosos! Consejos, sugerencias, advertencias, silencios sacrificados, tantas palabras como nos señalan los caminos del Señor, sin grandes discursos, desde la humildad y la sencillez. Ana nos invita a que también nosotros hablemos del Niño a nuestros hermanos, a los que conviven y se cruzan a nuestro lado. A veces, bastará solo una sonrisa de paz y de bien.


Señor, que te conozcamos cada día un poquito más y que te demos a conocer a los demás: no con grandes discursos sino con hermosos gestos de amor, que conllevan siempre la acogida, la comprensión, la escucha y la esperanza. 






            





sábado, 30 de diciembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 29/12/2017



Viernes 29 Diciembre
Octava de Navidad
Oficio del día
1Jn 2,3-11 / Sa195 /
Lc 2,22-35





S. Tomás
Becket, c.
David; Domingo;

Bonifacio

PALABRA:
Lucas 2,22-35
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel, y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo diciendo a María, su madre: «Mira, este está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma».


Mis ojos han visto tu salvación
Hoy es el gran día en que aquel que san Lucas llama Simeón pronto abandonará este mundo de oscuridad para entrar en la visión de la Luz eterna: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz, porque han visto mis ojos tu salvación». Ojalá nosotros seamos también «descubridores» de Dios, recibiendo a Jesús en nuestro corazón. Ojalá nos convirtamos en profetas que anuncian al mundo entero la presencia del Señor. Ojalá veamos, palpemos, sintamos y experimentemos la salvación en nuestras vidas. Así nos sentiremos felices, dichosos, en medio de tantas tempestades, de tantos problemas y preocupaciones.






viernes, 29 de diciembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 28/12/2017 DÍA DE LOS SANTO INOCENTES




Jueves 28 Diciembre
Oficio de la f.
1ln 1,5-2,2/Sal
123 / Mt 2,13-18






Santos Inocentes,
f.
Abel, Gaspar del
Búfalo


PALABRA:
Mateo 2,13-18
Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto». Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».


Los escudos protectores del Niño Dios
Hoy celebramos la fiesta de los Santos Inocentes, mártires, los escudos protectores del Niño Dios. «Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores», cumpliéndose así el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes...». Los inocentes existirán siempre, con su marca especial en cada momento de la historia: las víctimas del aborto provocado, hecatombe silenciosa en las entrañas de la humanidad; los que ponen su confianza en líderes y dirigentes, tras la proclamación de sus promesas, para verse después defraudados y engañados; los inmigrantes sin papeles; los ancianos que molestan; la inmensa caravana de maltratados y maltratadas —niños, jóvenes, mujeres—, en la oscuridad de su indefensión y de fu ignorancia. Todos ellos se alzan hoy como columna de fuego que sube a las alturas.


Señor, protege a los inocentes, a los que son golpeados y maltratados sin defensa posible, a todos los que sentimos el zarpazo del mal y de la violencia, mientras suspiramos por encontrar tu abrazo de amor infinito. 









jueves, 28 de diciembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 27/12/2017


Miércoles 27 Diciembre
Oficio de la s. 
1Sam 1,20-22.24-
28 / Sal 83 /1Jn 
3,1-2.21-24 /I.c
2,41-52










Juan evangelista;
Fabiola; Geralda;
God ofred o; Teófanes


PALABRA:
1Samuel 1,20-22.24-28
En aquellos días, Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso de nombre Samuel, diciendo: «Al Señor se lo pedí». Pasado un año, su marido Elcaná subió con toda la familia para hacer el sacrificio anual al Señor y cumplir la promesa. Ana se excusó para no subir, diciendo a su marido: «Cuando destete al niño, entonces lo llevaré para presentárselo al Señor y que se quede allí para siempre». Ana se quedó en casa y crió a su hijo hasta que lo destetó. Entonces subió con él al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. El niño era aún muy pequeño. Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo: «Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo». Después se postraron ante el Señor.




Salmo 83
Dichosos los que viven en tu casa, Señor.









1Juan 3,1-2.21-24
Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo \recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.


Lucas 2,41-52
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.


La familia, santuario de amor
La Iglesia nos invita hoy a contemplar la Sagrada Familia. El papa Benedicto XVI definía así a las familias, en su visita a Valencia: «Familia feliz es aquella que se convierte en un santuario de amor, de vida y de fe». Hoy es un día para pedir por las familias, para admirar sus afanes, ilusiones y esfuerzos. Cuatro hermosos destellos han de brillar siempre en nuestras familias: la autoridad, es decir, la verdad y la razón, lo que se dice y se hace responde a lo bueno y verdadero; el testimonio, ya que las palabras mueven pero el ejemplo arrastra; el diálogo, o lo que es lo mismo, la escucha atenta, la comprensión, el enriquecimiento personal; y por último, el espíritu de servicio, porque los cristianos no hemos venido a ser servidos sino a servir.

Señor, ayúdanos a comprender que el miramos profundamente a los ojos no es solo un mirarnos, sino buscar el punto de nuestro encuentro para construir vida, establecer valores y saborear alegrías.




                





miércoles, 27 de diciembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 26/12/2017




Martes 26 Diciembre
Oficio de la t
He 6,8-10; 7,54-60
/ Sal 30 / Mt

10,17-22






S. Esteban, f. 
Diónisio; Zósimo;

Marino

PALABRA:
Mateo 10,17-22
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No os fiéis de la gente, porque os entregarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernantes y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará».

El testimonio de san Esteban
Hoy la Iglesia celebra la fiesta de su primer mártir, el diácono san Esteban. Aparecen los contrastes del evangelio: ayer, sentimientos de gozo y de alegría por el nacimiento del Niño Jesús; hoy, en cambio, nos alerta de los peligros: «Guardaos de los hombres que os entregarán a los tribunales y os azotarán» (Mt 10,17). Y es que la fe proclamada ha de pasar a ser la fe vivida y testimoniada. Y, entonces, llegará la réplica de otros valores y la contestación del mundo. Nos fascina la figura de Esteban, en el momento de proclamar la muerte y resurrección de aquel Niño que tenía en Él la vida. Aquel joven se lanza a la discusión con los de la sinagoga, «que no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba» (He 6,10). Y ofrece su testimonio que desemboca en el martirio. Si el cristiano Tioy es un testigo de Jesucristo, lo que ha visto con los ojos de la fe, lo ha de decir sin miedo con las palabras más comprensibles, es decir, con los hechos, con las obras.

Señor, danos hoy la fuerza necesaria para proclamar tu presencia y tu Palabra en el ambiente del mundo y en los escenarios de la sociedad. No podemos callar ante la injusticia, ni ante la falsedad. Tú nos comunicarás lo que hemos de decir en cada momento. 












martes, 26 de diciembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 25/12/2017 SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DE JESUCRISTO

Lunes 25 Diciembre
Oficio de la s. 
Medianoche: Is 9,1-3.
5-6 /5a195/11 2,11- 
14 / Lc 2,1-14. Día: 
Is 52,7-10 / 5a197 /
Heb 1,1-6 / In 1,1-18
(breve: 1,1-5.9-14)



Natividad del
Señor, s.
Nª Sra. de Belén

PALABRA:
Juan 1,1-5.9-14
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibe. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba, el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

¡Feliz Navidad!
Hoy, con la sencillez de los niños, contemplamos el gran misterio de nuestra fe: Dios envía a su Hijo eterno, nacido de la Virgen María, para rescatarnos de la esclavitud del pecado. El apóstol Juan lo explica usando expresiones de gran profundidad teológica: «En el principio existía la.Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios» (in 1,1). Es el vaciamiento de Dios, que se funde con lo humano. Dios omnipotente, sin dejar de ser Dios, ahora es también uno de nosotros. Ha venido a la tierra para devolvernos la condición de hijos de Dios. Pero es necesario que cada uno de nosotros acoja en su interior la salvación que Él nos ofrece, como bien nos lo explica san Juan, «a todos los que lo recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios». ¡Hijos de Dios! Quedamos admirados ante este misterio inefable: «El Hijo de Dios se ha hecho hijo del hombre para hacer a los hombres hijos de Dios», nos dirá san Juan Crisóstomo. Vivimos nuestra «filiación divina» con alegría, con ilusión, con esperanza. ¡Feliz Navidad!


                  





domingo, 24 de diciembre de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 24/12/2017 MISA DE MEDIANOCHE

Domingo 24 Diciembre
IV de Adviento.
Oficio del día
Mañana: 25am
7,7-5.86-12.146.16
/Sal 88 /
Lc 1,67-79
Vespertina:
1s 62,7-5 / 56188 /
He 13,16-1722-25
/ Mt 1,1-25



Luciano; Adela
Santos Antepasados de Jesús: Adán, Abrahán, Jacob,

David..., Delfín ob, Tarsila vg


MISA DE MEDIANOCHE

Papa Francisco: Por la entrañable misericordia de nuestro Dios. 
Lo esencial, según el Evangelio, es la misericordia. Lo esencial del Evangelio es la misericordia. Dios envió a su Hijo, Dios se hizo hombre para salvarnos, es decir para darnos su misericordia. Lo dice claramente Jesús al resumir su enseñanza para los discípulos: «Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso»

(Lc 6,36) ¿Puede existir un cristiano que no sea misericordioso? No. El cristiano necesariamente debe ser misericordioso, porque este es el centro del Evangelio. Y fiel a esta enseñanza, la Iglesia no puede más que repetir lo mismo a sus hijos: «Sed misericordiosos», como lo es el Padre, y como lo fue Jesús. Misericordia.



PALABRA:
Lucas 1,67-79
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo; según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».


La Gran Noticia de todos los tiempos
Hoy es Nochebuena, una de las noches que cambiaron el rumbo de la historia. ¡Cuántos recuerdos, cuántas presencias y ausencias, cuántos mensajes! Podemos y debemos preguntarnos: «J'ara cuántos será buena esta noche?». Acaso la posible respuesta nos hiera el corazón y nos invite a reflexionar sobre cómo sentir y vivir nuestro cristianismo. El evangelio recoge el canto de alabanza de Zacarías después del nacimiento de su hijo. En la primera parte da gracias a Dios, y en la segunda sus ojos miran hacia el futuro. Todo él rezuma alegría y esperanza, al reconocer la acción salvadora de Dios con Israel, que culmina en la venida del mismo Dios encarnado, preparada por Juan. «Bendito el Señor, Dios de Israel...». «El Señor ya está cerca; el Señor ya está aquí». El padre del precursor es consciente de que la venida del Mesías es, sobre todo, luz, una luz que ilumina a los que viven en la oscuridad, bajo las sombras de la muerte. Ojalá percibamos hoy, en esta Nochebuena, que el Niño Jesús viene a iluminar nuestras vidas, a guiamos, a señalarnos por dónde hemos de andar.


               








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