viernes, 3 de junio de 2016

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES DÍA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 03/06/2016







Sagrado Corazón de Jesús

Viernes 03 JUNIO








Santos CARLOS LUANGA y co mrs, Juan Grande rl,

Clotilde re, Olivia vg


Papa Francisco: La solemnidad del Sagrado Corazón es la «fiesta del amor»: Jesús quiso mostrarnos su corazón como el corazón que tanto amó. Pienso en lo que nos decía san Ignacio; nos indicó dos criterios sobre el amor. Primero: el amor se manifiesta más en las obras que en las palabras. Segundo: el amor está más en dar que en recibir. Jesús nos dice: Yo conozco a mis ovejas. Es conocer una por una, con su nombre. Así nos conoce Dios: no nos conoce en grupo, sino uno a uno. Porque el amor no es un amor abstracto, o general para todos; es un amor por cada uno. Y así nos ama Dios. Dios se hace cercano por amor y camina con su pueblo. Y este caminar llega a un punto inimaginable: jamás se podría pensar que el Señor mismo se hace uno de nosotros y camina con nosotros, y permanece con nosotros, permanece en su Iglesia, se queda en la Eucaristía, se queda en su Palabra, se queda en los pobres y se queda con nosotros caminando. Esta es la cercanía. El pastor cercano a su rebaño, a sus ovejas, a las que conoce una por una.





PALABRA:
Dijo Jesús a los fariseos y escribas esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: «¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido». Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».


ORACIÓN:
Ezequiel 34,11-16; Salmo 22,1-6; Romanos 5,5b-11 • LUCAS 15,3-7
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, en ti confío. Y sé que jamás quedaré defraudado, por que sé muy bien de quién me fío. Es el Corazón que más ha amado y sigue amando  a todos los hombres, también a los que lo traspasaron con la lanza. De él brotó la fuerza del agua y de la sangre: los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía, en los que me infundiste y alimentas mi fe y mi amor misericordioso. (Sigue tu oración personal).





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