miércoles, 1 de junio de 2016

MUNDO MÍSTICO YORUBA: MITOS ANTROPOGÓNICOS SOBRE LA CREACIÓN










Mitos antropogónicos:
Un patakí, muy poco sincretizado (y que constituye probablemente la versión del mito más aceptada por los adeptos a la Regla de Ocha) explica cómo Olodumare le confió a Obatalá la confección de la especie humana y éste fabricó a los hombres igual que un escultor talla o modela sus figuras. Una vez terminados, estos cuerpos se movían, andaban maquinalmente, casi inconscientes o insensibles, sin entendimiento. Olodumare les insufló alma y puso en sus cabezas una parcela de su divinidad. Una segunda versión asegura que Olorún fué asistido en esa obra por Oduduwa (el principio femenino, madre de la nación Yoruba) y por un hermano de ésta llamado Ibaibo. Este último modeló la cabeza, que en el primer momento poseía un solo ojo y luego los dos. Cuando Olodumare le sopló su aliento y echó a andar el corazón del ser humano, le dijo a Oduduwa: "Ahí queda mi criatura." Una tercera variante añade que otro hermano de Obatalá llamado Obalufún, dueño de la Palabra, fue quien le puso al hombre en la lengua el don del habla. 
Algunas de las variedades del mito creacionista muestran en Cuba un evidente carácter sincrético. Bajo la vigorosa influencia del dogma católico convierten a Olodumare, Olorún y Olofi en algo muy parecido a las tres personas de la Santísima Trinidad: una suerte de "Trinidad" lucumí capaz de dialogar consigo misma, después de terminada la creación del mundo y de todos sus pobladores, menos el hombre. -¿Me quedó bien?, pregunta entonces Olodumare, el Supremo Hacedor (que aparentemente funciona como la Primera Persona). -Sí, hiciste algo bien hecho, contestan las otras dos. -¿Falta algo más por hacer? -Hay grandes y hermosos animales y muchas plantas, pero no se ve el amo de todo lo creado... Inmediatamente se celebra un consejo "trinitario". Y puestas de acuerdo las tres personas divinas, toman un poco de barro y forman a su imagen y semejanza una criatura llamada Omó Obá Alié, a la cual Olodumare dota de inteligencia, Olorún de destreza y fortaleza físicas y Olofi de belleza. Entonces el que es "tres y uno a la vez" -así literalmente reza el patakí- le dice al primer hombre: "Ocupa la tierra. Desde hoy serás dueño y señor de todo lo que en ella existe. Como la nuestra, tu vida será eterna: nunca morirás. Y todos los demás seres de la creación tendrán que rendirte pleitesía." Y así sucedió... Este ciclo de leyendas es muy rico en variedades y en él se mezclan los empeños cosmogónicos y antropogónicos con las interpretaciones de carácter sexual. Por ejemplo, en un patakí se considera al universo como una güira integrada por dos jicaras: en la de arriba reside Obatalá, macho; en la de abajo Oduduwa, hembra; entre ambos vagan los egungún, los muertos. Sin embargo, como ya vimos, en Cuba muchas veces se considera a Oduduwa como un oricha macho. La importancia del principio femenino en la creación del mundo se evidencia en el hecho de que la tradición suele mencionar al respecto a Oduduwa, a la par de Obatalá. Un patakí sostiene que Obatalá, ya en camino para realizar la tarea creadora que Olodumare le había encomendado, sintió una gran sed y como sólo había vino de palma, tomó en demasía hasta emborracharse y caer en un hondo sopor. Oduduwa fue a buscario por orden de Olodumare y, al verlo ebrio, procedió a realizar la tarea que le correspondía, creando la tierra sólida, el hombre y el lugar sagrado de los Yorubas y de la santería cubana: Ilé-Ifé. 








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