martes, 31 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 30/01/2017



II del TO.
la del salterio

1eb 10,32-39 / Sal 
36 / Mc 4,26-34




Adelelmo (Lesmes) 
de Burgos; Alejandro 
de Jerusalén;

Muciano MaWiaux; 
Batilde; Bta. Carmela 
García Moyón; Bta. 
Maria Bolognesi



PALABRA:
Marcos 4,26-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a la ge e: «El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega». Dijo también: «¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas». Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.






Parábolas sencillas y humanas
Jesucristo comienza a explicar a sus discípulos el reino de los cielos. Y lo hace con parábolas sencillas y humanas: la pequeña simiente que se arroja a la tierra y el grano de mostaza que crece después hasta convertirse en un gran árbol. La tierra y la semilla tienen fuerza para producir el fruto y dar la vida. El reino es una semilla que da vida, por el vigor y la fuerza que tiene en sí. No es cuestión de técnicas humanas, de métodos eficaces, de montajes deslumbrantes. Es cuestión de recibir en el corazón la semilla de la Palabra, la fuerza de la gracia y ponernos a caminar sin miedo, confiados plenamente en la acción del Señor, que nos conduce, que nos lleva de la mano. ¡Cuánta sencillez en las palabras de Jesús y en sus ejemplos, tomados de la vida misma!



Si no escuchas cada día la voz de Dios en el Evangelio, en la naturaleza, en las personas, no tendrás paz en tu vida. Por mucho que escuches otras cosas.




             




domingo, 29 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 29/01/2017




III del T.O.
3° del salterio
Heb 10,19-25 / Sal
23 / 4,21-25





Gildas; Julián el
Hospitalario; Bto.
Manuel Domingo y
Sol; Bta. Boleslawa
Ma Lament

PALABRA:
Marcos 4,21-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: «¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga». Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene».







Jesús fue transparente
Esta página del evangelio rebosa actualidad. ¡Cuánto miedo a la verdad, a la claridad, a la transparencia! ¡Cómo procuramos que no se sepan las cosas que están mal! Jesús fue transparente, no tuvo nada que ocultar. Jesús habla con claridad, actúa con libertad. Jesús nos aconseja que actuemos siempre a la luz del día. Más aún, que reluzcan nuestras obras, que sean colocadas a la vista de todos, para que todos perciban su luz y su testimonio. No se trata de cuidar la imagen, de presentarnos como no somos. Lo oculto será descubierto. La incoherencia nos lleva de la mano a la hipocresía; la hipocresía, a la «doble vida»; y la «doble vida» nos esclaviza en la mentira. A veces, es cierto, ser claros, sencillos y humildes supone ser héroes.


Lo importante no es solo que nosotros creamos en Dios, sino que Dios crea en nosotros. Y, para ello, es imprescindible la claridad, la verdad de nuestras vidas, transparentes como la de Jesús.






CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 28/01/2017




III del T.O.
3° del salterio
Heb 10,11-18/Sal 109/ Mc 4,1-20

Sábado 28 Enero 







Sto. Tomás de
Aquino, m.o.

Pedro Nolasco; 
Bta. Ma Luisa Montesinos; 
Bta. Olimpia



PALABRA:
Marcos 4,1-20
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y el gentío se quedó en la orilla. Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: «Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno». Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga». Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. Él les dijo: «A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que "por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdonen"». Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; estos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».

           






viernes, 27 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 27/01/2017


III del T.O.
3° del salterio
Heb 70,7-70 / Sal 39
/Mc 3,31-35
Viernes 27 Enero






Sta. Angela de
 Merici, m.I. 
Enrique de Ossó y 
Cervelló; Vitaliano

PALABRA:
Marcos 3,31-35
En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron a llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: «Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan». Les contestó: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». Y, paseando la mirada por el corro, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».




La voluntad de Dios es la clave
Jesús nos ofrece la clave más importante de nuestra vida: hacer la voluntad de Dios. Las relaciones de parentesco, marcadas por las culturas, por las costumbres, no se elevan a principio absoluto. Para Jesús, los más cercanos a él son aquellos que realizan en sus vidas la voluntad de Dios. Y la voluntad de Dios es que todos nos respetemos, nos ayudemos, nos queramos, nos valoremos y que no nos hagamos daño. Es importante proteger la familia, uno de los pilares, el principal sin duda, de la sociedad civil. Pero por encima de los vínculos familiares, tantas veces resquebrajados por intereses de todo tipo, hemos de buscar, encontrar y realizar la voluntad de Dios, los caminos que a él nos conducen. Lo de «hermanos», ya lo sabemos, es un semitismo —el pueblo judío es semita— que se refiere a «parientes» en sentido amplio.




Señor, haz que descubramos tu voluntad, tu proyecto sobre cada uno de nosotros, el guión que nos trazas para que lo realicemos como tarea primordial de nuestras vidas. Ahí reside la santidad.





              




CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 26/01/2016


III del T.O.
3° del salterio

Heb 9,75.24-28 /Sal 
97 / Mc 3,22-30
Jueves 26 Enero





Stos. Timoteo y 
Tito, m.o.

Paula Romana; 
Bto. Michal Kozal

PALABRA:

Marcos 3,22-30
En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: \ \ «Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con \el poder del jefe de los demonios». Él los invitó a acercarse y les puso estas parábolas: «¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre». Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.



Los sembradores de dudas
Siempre los tendremos con nosotros. Son los sembradores de dudas, para minar nuestra fe, para distorsionar la realidad, para abonar así y propiciar el campo de los abandonos. Las grandes acusaciones contra Jesús y contra el cristianismo se centran siempre en la «descalificación»: lo que aquellos letrados ponen en cuestión es si Jesús era portador de salvación o, por el contrario, tenía un demonio dentro. Es la acusación más grave, porque así no había que creerle, ni escucharle, ni seguirle. Pero Jesús soporta las peores acusaciones y las más fuertes denuncias. Con nosotros, y muchas veces a nuestro lado, estarán siempre los sembradores de denuncias y falsedades, con el fin de desprestigiarnos, para que abandonemos nuestra fe y nuestra esperanza. Jesús nos enseña a resistir, nos enseña la perseverancia.





Tu causa, Señor, es nuestra causa. Tus actitudes, las nuestras. «Nuestro vivir es Cristo», decía san Pablo. Tú eres nuestra pasión y tu Espíritu es nuestra espiritualidad. Así de fácil.





               





jueves, 26 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 25/01/2016



3a del salterio
Jon 3,1-5 10 / Sal 24
1Cor 7,29-31 / Mc
1, 14-20 (o bien He
22,3-16 /Sal16 /
Mc 16,15-18






Conversión de san Pablo;
Ananías Donato; 
Bto. Enrique Suso; 
Bto Antonio SWiadek

PALABRA:
Jon 3,1-5 10
En aquello días, vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo». Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran  ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!». Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.





Salmo 24
Señor, enséñame tus caminos.




1Corintios 7,29-31
Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.

Marcos 1,14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio». Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Los tres perfiles de la fe
Hoy nos encontramos con el primer sermón que pronunció Jesucristo: «convertíos y creed en el Evangelio». ¡Qué breve, qué sencillo, qué hermoso! Podemos reflexionar un instante sobre los tres perfiles de la fe: primero, la fe-asentimiento de la inteligencia; segundo, la fe-confianza que anida en el corazón; tercero, la fe-apropiación, conforme a las palabras de san Bernardo, cuando decía: «Yo, lo que me falta lo usurpo del corazón de Cristo». La conversión no es un «regreso» —volver atrás y cambiar de vida—, sino un «progreso», dar un salto hacia delante y entrar en el reino. Es un «golpe de audacia», un «girar hacia Dios», respondiendo a su llamada. Cristo no comienza predicando el deber sino el don; no comienza con la ley sino con la gracia.



El evangelio nos mete prisa: el momento es apremiante. Hay que responder ya, ahora, con generosidad, con radicalidad. Hoy sigue resonando la voz de Jesús: escuchémosla.










martes, 24 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 24/01/2017





II del TO.
2° del salterio
Heb 9,2-3.11-14 /
Sal 46 / 3,20-21







S. Francisco de
Sales, m.o.
Na Sra. de la Paz;
Babilas; Tirso; Xenia






PALABRA: En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.





El desprestigio está al día
Jesucristo sufrió también el desprestigio de los suyos. Ocurre con frecuencia. Cuando no estamos de acuerdo con las ideas, las actitudes y las acciones de los demás, recurrimos a la descalificación o al insulto. Está claro que parte de su familia, probablemente los parientes más cercanos, no entienden ni aceptan la «revolución de Jesús». Y como no la entendían, se acercan, se lo quieren llevar y dicen que estaba loco. Esta página del evangelio nos previene y nos enseña a estar preparados para aceptar «descalificaciones e insultos». No pasa nada. La «locura del amor» choca siempre contra los intereses de los que no aman. Entre nosotros, esta actitud se refleja en una frase más popular: «cuando el mensaje hiere, no interesa o nos perturba, matamos al mensajero».

Dios tiene una paciencia infinita contigo. ¿Por qué no la tienes tú con los demás? Contra las críticas adversas, paciencia cristiana. Francisco de Sales nos enseña la virtud de la bondad y el anhelo de difundir doctrina a través de los medios de comunicación, como él hizo con sus hojas volanderas.









lunes, 23 de enero de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 23/01/2017






II del T.O.
2° del salterio

Heb 8,6-13 /Sal 84 / Mc 3,13-19
Lunes 23 Enero









S. Ildefonso, m.o. 
Emerenciana; 
Juan el Limosnero


PALABRA:
En aquel tiempo, Jesús, mientras subía a la montaña, fue llamando a los que él quiso, y se fueron con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios. Así constituyó el grupo de los Doce: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges —Los Truenos—, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Celotes y Judas Iscariote, que lo entregó. 




La lista de Cristo
«Llamó a los que quiso» e hizo también su lista, abierta a sus llamadas y a nuestras respuestas. «A doce los hizo sus compañeros», qué bien suenan estas palabras, pero cuánto comprometen. El compromiso de estar con él, de seguir sus pasos, de compartir sus jornadas; el compromiso de dedicarse a predicar, a anunciar su reino; el compromiso de liberar a la gente que sufre por las fuerzas del mal. «Estar con Jesús» nos obligará siempre —nos invitará siempre— a llevar una vida lo más parecida a la vida que llevó Jesús. Pero acaso lo que más impresiona es esa llamada del Señor a seguirle de cerca, a ser sus apóstoles, en el sacerdocio, en la vida consagrada, en la vida ordinaria: no es cuestión de méritos, ni de cualidades, ni de otros merecimientos. Cristo llama a los que él quiere. Solo nos pide una respuesta a su llamada, una respuesta fiel, leal, entusiasta, comprometida.





A pesar de nuestros defectos, Dios nos llama, se fija en nosotros Tenemos miedo de aparecer con nuestros defectos, que el pueblo de Dios nos ayudará a corregir. Quizá no tenemos bastante fe en la Iglesia, llevada por el Espíritu.




              



CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 22/01/2017





II del T.O.
2° del salterio
Heb 7,25-8,6 /Sal
39 / Mc 3,7-12
Domingo 22 Enero





S. Vicente, m.o. 
Vicente Pallotti;
Gaudencio; 
Anastasio el Persa; 
Domingo de Sora; 
Bta. Laura Vicuña

PALABRA:
Marcos 3,7-12
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.





Jesús, vencedor del mal
Jesús vence al mal, a Satanás, al pecado, a la muerte, a todo lo que no nos permite vivir más felices, más satisfechos con nosotros mismos. Y por eso, la gente le busca, le sigue, quiere apretujarle para recibir esa fuerza curativa que les libera de sus opresiones. A Jesús le interesaba la gente y se interesaba por la gente. Procuraba que tuvieran salud, atendía sus enfermedades, les ofrecía alimentos y establecía entre todos unas buenas relaciones humanas, superando odios y rencillas. Fuera los miedos y fuera las posesiones, las esclavitudes, tantos males como entorpecen nuestro caminar. Jesús quiere que la gente encuentre su camino, viva feliz, enjugue sus lágrimas, sacie su hambre, recupere la salud. Todo esto es una maravilla. Y por eso, le seguía la muchedumbre en Galilea.




ORACIÓN:
Señor, abre nuestros caminos al encuentro contigo, para que aprendamos así a recibir todos tus beneficios: la salud, el alimento, la buena relación con el prójimo, las pequeñas felicidades de cada jornada.




              



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