sábado, 28 de noviembre de 2015

PALABRA Y VIDA: LECTURA DEL SÁBADO 28/11/2015




sábado 28
Catalina Labouré 
Honesto de Nimes






XXXIV del TO.
2° del salterio
Dan 7,15-27/ Sal
Dan 3,82-87 / Lc
21,34-36



                               Lucas 21,34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».


La vigilancia y la oración
Jesús desciende a pequeños detalles y ofrece recomendaciones concretas. La primera de todas, la vigilancia. No podemos abandonarnos, descuidarnos y dejar a su aire la mente y el corazón. La segunda, la oración, o lo que es lo mismo, la conexión con Dios. Sabe el Señor, y por eso nos previene, que la mente y el corazón son claves a la hora de decidir, de tomar actitudes en la vida. ¿Qué pasará si se embotan, si no funcionan, si se dejan atrapar por los malos hábitos? Estaremos perdidos. La gran meta es que consigamos la verdadera felicidad. La felicidad de seguir nuestro camino, de realizar nuestros proyectos, de cumplir nuestra misión. Para ello, hace falta un sincero examen de conciencia, una atención especial a nuestros pasos, la gracia de Dios que llega especialmente a través de la oración silenciosa y pausada.


Un serio examen de conciencia constante, que es práctica canonizada en la más legítima espiritualidad cristiana, nos obliga a revisar siempre a la luz del Reino nuestra propia espiritualidad: salvaremos así la fragancia de nuestra mente y de nuestro corazón.







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