martes, 3 de mayo de 2016

MUNDO MÍSTICO YORUBA: Ebò èjé (los sacrificios votivos)

Cuando el sacrificio se usa como un medio de dar gracias a los seres sobrenaturales, también es usado para cumplir los votos. En cierto sentido, ésta es una clase de sacrificio de acción de gracias. Es una práctica común entre los yorubas y para los devotos de algunas divinidades, ir ante sus divinidades a abrir sus mentes y prometerles que, si sus necesidades se satisfacen, ellos a cambio darán las ofrendas especificadas. Los votos pueden hacerse cuando quiera, pero sobre todo cuando una persona está bajo alguna tensión, y cuando los tiempos son problemáticos y la ayuda humana no es de provecho. Los yorubas creen que la promesa hecha debe cumplirse; especialmente cuando la promesa se hace por un hombre o una mujer ante una divinidad. No cumplir la promesa es incurrir en el disgusto de la divinidad y perder los beneficios recibidos y mucho más.

Hay una historia muy popular entre los yorubas, particularmente en Ilé-Ifé, de Mórémi que prometió ofrecer a su único hijo, Olúorogbo, a la diosa del río, Ésinmirin, si sus demandas eran concedidas. Esto pasó por los días cuando las personas de Ugbó exigieron ser los habitantes originales de Ilé Ife y fueron ahuyentadas por los recién llegados bajo el mando de Odúduwá. Las personas de Ugbó, descontentas con su parte, decidieron importunar la vida de las personas de Ifé. Ellos se vistieron con ramas y yerbas y constantemente hacían incursiones al pueblo de Ifé.

Siempre que llegan las mascaradas del Ugbó, las personas de Ifé se iban corriendo. Este fue, de hecho, un periodo de humillación para las personas de Ifé. En ese tiempo de desmayo y derrota, una mujer valerosa y hábil, llamada Móremi, ofreció arriesgarse a ser capturada por los invasores para que ella pudiera aprender los secretos de los éxitos continuos de las personas de Ugbó en sus correrías contra las personas de Ifé. Pero antes de eso, ella había ido a la diosa Ésinmirin y juró ofrecer a su único hijo si su empresa tenía éxito.


En su próxima correría a Ifé, los invasores de Ugbó capturaron a Móremi, y fue llevada a la corte del Olúgbó de Ugbó donde, como la esposa favorita del gobernante, ella aprendió los secretos del pueblo. Ella escapó después y volvió a Ifé. Les dijo a sus personas que prepararan antorchas encendidas (ógúsò) y quemaran a los invasores de Ugbó, ya que, según ella, los vestidos que llevaban los invasores eran hechos de yerbas y ramas que podrían encenderse fácilmente por el fuego. Esta técnica tuvo éxito y los invasores de Ugbó fueron derrotados en su próxima correría a Ifé. Todos en Ifé reconocieron la sabiduría y valentía de Móremi. Pero Móremi tenía que cumplir la promesa de ofrecer a su único hijo como sacrificio a Ésinmirin. Ella estaba renuente a cumplir su promesa y probó ofrendar otras cosas en cambio -cabras, ovejas e incluso vacas - pero éstas no eran aceptadas por Ésinmirin. Ella tenía que ofrecer a su único hijo. Hoy se consideran a Móremi y Olúorogbo respectivamente, como la heroína y el héroe de Ilé-Ifé.












Esta es una de las muchas historias que dan énfasis a la importancia de cumplir las promesas hechas ante los seres sobrenaturales. Hay que agregar que sobre todo en las fiestas anuales entre los adoradores Yorúbás, mujeres principalmente, se ve y oye hacer toda clase de votos ante la divinidad: por ejemplo, al Festival anual de Olúo en Osi-Ékiti, los hombres y mujeres vienen hacer sus peticiones específicamente para poder tener niños. Todos que tengan necesidad se arrodillan ante el símbolo de Olúo y piden cualquier cosa que desee, agregando al mismo tiempo lo que le ofrecerá si sus demandas se le conceden. Invariablemente, año tras año, hombres y mujeres vienen a cumplir sus votos y traen los artículos ofrecidos como aves, cabras, nuez de kola, palomas, sal y otros según el voto y la demanda de la divinidad. Normalmente es un tiempo muy ocupado para los sacerdotes, que se aseguran que se presenten los regalos de cada devoto antes que la ceremonia haya terminado. En muchos casos, los niños se traen y la bendición se recibe durante el curso del año, ellos se traen a la urna de la divinidad como un gesto de gratitud y como una dedicación a la benévola divinidad.




Asimismo, una llamativa vista puede verse en la fiesta de Oké-
Íbádán donde un gran número de mujeres traen regalos de cabras, pollos, y artículos de comida a Beere, la morada de Abeké (el sacerdote principal). Normalmente éstas son mujeres que pidieron el regalo de poder tener niños y han sido bendecidas, y vienen a 

cumplir sus promesas. La misma cosa pasa en la fiesta anual de Òsun en Órógbo. Las mujeres oran pidiendo poder tener niños ruidosamente y prometen lo que ellas ofrecerán a Òsun si sus demandas son concedidas. Hemos visto a varias mujeres que vienen al sacerdote a hacer sus ofrendas. Ambos tipos de sacrificio, la acción de gracias y el voto, iones de gran alegría cuando los devotos vienen ante las les para expresar su agradecimiento por los regalos recibidos.
También son ocasiones de comunión con los seres sobrenaturales. Se ofrecen los sacrificios en medio de bailes y comiendo y música, comiendo y bebiendo.


















No hay comentarios:

Publicar un comentario

cultivarseescrecer Chanel