Lunes 14 Agosto
XIX del T.O.
3° del salterio
Jos 24,1-13 /Sal
135 / Mt 19,3-12
S. Maximiliano
Mª Kolbe, m.o.
Eusebio; Mainardo;
Virginia; Atanasia;
Marcelo de Apamea;
Antonio Primaldo
PALABRA:
Mateo 19,3-12
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?». Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre». Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?». Él le contestó: «Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer —no hablo de impureza— y se casa con otra, comete adulterio». Los discípulos le replicaron: «Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse». Pero él les dijo: «No todos pueden con eso, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga».
El matrimonio, según el proyecto de Dios
¡Cuántas veces hemos leído este texto evangélico! El problema de fondo es el de los derechos del hombre y de la mujer en el matrimonio. ¿Puede el hombre divorciarse cuando a él le dé la gana? ¿El hombre tiene derechos que no tiene la mujer? En su respuesta a la pregunta de los fariseos, Jesús es claro: «No existe ese derecho unilateral del varón». Jesús expone el proyecto original de Dios, que no fue un proyecto de superioridad del hombre sobre la mujer, sino un proyecto de unidad e igualdad entre ambos. El matrimonio es una pequeña comunidad de amor, una escuela de virtudes, un pequeño templo para los creyentes cristianos. Su argumento central es el amor. Dos vidas que se entregan para formar una sola vida; dos corazones que se ofrecen para lograr un solo corazón. Este es el hermoso proyecto de Dios, que los hombres golpeamos con tanta saña en la sociedad de hoy.
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