domingo, 6 de agosto de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 05/08/2017




XVIII del TO. 
2º del salterio 
Núm 73,7-2. 25- 
14,1.26-30.34-35 
Sal 105 / 
Mt 15,21-28  





Dedicación de la 
Basílica de Santa 
María, m.l. 
Nª Sra. de las Nieves; 
La Virgen Blanca; Bto. 
Federico Janssoone 


PALABRA:
Mateo 15, 21-28
En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tie­ne un demonio muy malo». Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando». Él les contes­tó: «Solo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel». Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas: «Señor, socórreme». Él le contestó: «No está bien echar a los perritos el pan de los hijos». Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos». Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que;deseas». En aquel momento quedó curada su hija.


Jesucristo mira el corazón

Son muchos los comentaristas que califican este texto como un texto enigmático: ¿acaso rechaza Jesús a aquella mujer cananea porque no es israelita? ¿Qué sentido tiene este pasaje? Vemos cómo en Jesús se produce un cambio: el paso del exclusi­vismo religioso a la aceptación y el elogio de la fe de quien pertenece a otra religión. Vemos cómo Jesús no entra en el juego de las calificaciones y descalificaciones, sino que se adentra en los corazones humanos, en sus actitudes y en sus valores: el cariño de aquella madre por su hija, su preocupación por ella, la bondad de aquella mujer que se ha visto rechazada en principio y,'desde luego, su fe y su confianza en Jesucris­to. Este es el gran tema de fondo. Por eso llega la curación, el gozo y la paz. ¡Cuánto tenemos que aprender de este pasaje, a primera vista tan extraño, del evangelio!

Mi tierra prometida eres Tú,Señor. ¡La Pascua de mi Pascua, nuestra gloria por siempre, Señor Jesús! ¡Mira nuestro corazón que ansía tu presencia!





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