viernes, 18 de agosto de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 17/08/2017





XX del T.O.
4° del salterio 
Joe 2,11-19 / Sal
105 / Mt 19,16-22









Beatriz de Silva; 
Jacinto de Polonia; 
Clara de Montefalco; 
Mamés; Bto. Pedro 
de Zuñiga


PALABRA:
Mateo 19,16-22
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?». Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos». Él le preguntó: «¿Cuáles?». Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójinio como a ti mismo». El muchacho le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?». Jesús le contestó: «Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres —así tendrás un tesoro en el cielo— y luego vente conmigo». Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.

«Vente conmigo»
Este pasaje evangélico nos ofrece una de las claves más hermosas de la vida cristiana: «estar con el Señor». Así lo dice a aquel joven que se mueve todavía entre los mandamientos, entre las observancias, y cree que ahí radica lo más importante: «cumplo esto, cumplo lo otro». Mi cuenta de «observancias» es justa, limpia, sincera. Jesús ie abre otro horizonte: «anda, déjalo todo ¡y vente conmigo!». En el momento supremo de la cruz, Jesús lo dirá también al buen ladrón: «hoy, estarás conmigo...». Si estamos con Cristo, nos encontramos ya en el paraíso. Y no mañana, ni pasado mañana, sino hoy. «Dejarlo todo e irse con Él» es comenzar un viaje nuevo, donde todo es amor y gracia. Por eso, este pasaje tiene tanto encanto y tanta emoción. No contemos «cosas», miremos a una Persona que nos invita a que realicemos con Él, de su mano, el , viaje de la vida.

Señor, llévame contigo, tómame de la mano, incorpórame a tu séquito... Mi opción no quiere ser por esto o por aquello, mi opción es por Ti, por tu palabra, por todo lo que me pides, por las nuevas rutas que me trazas, por los horizontes que me abres, por las metas que me propones... Llévame contigo, Señor.








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