viernes, 29 de junio de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES DÍA 29/06/2018









Tiempo Ordinario/13° salterio 1ªSemana. Tomo III
Viernes 29 Junio











Santos PEDRO Y PABLO aps,

Emma vd, Siro ob 


SOLEMNIDAD DE LOS APÓSTOLES

SAN PEDRO Y SAN PABLO

Papa Francisco: Simón, en nombre de los Doce, profesa su fe en Jesús como «el Cristo, el hijo del Dios vivo»; y Jesús llamó «bienaventurado» a Simón por su fe, reconociendo en ella un don especial del Padre, y le dijo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Detengámonos un momento precisamente en este punto, en el hecho de que Jesús asigna a Simón este nuevo nombre: «Pedro», que en la lengua de Jesús suena «Kefa», una palabra que significa «roca». En la Biblia este término, «roca», se refiere a Dios. Jesús lo asigna a Simón no por sus cualidades o sus méritos humanos, sino por su fe genuina y firme, que le es dada de lo alto.



PALABRA:
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías Hijo de Dios vivo». Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te, digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo».



ORACIÓN:
Hechos 12 ,1-1; ;Salmo 33,2-9; 2Timoteo 4,6-8.17-18
MATEO 16,13-19
SEÑOR, tú sabías a quiénes elegías para estar al frente de los apóstoles. En Pedro tengo el ejemplo del bravucón que cae, se levanta, llora su pecado y promete amarte hasta la muerte. Y Pablo, que queriendo hacer el bien es el mal lo que le sale, me enseña a aspirar a que seas tú, no yo, quien viva en mí. Pedro y Pablo, los padres misericordiosos y testigos de la fe, por cuya causa dieron su sangre en Roma. (Sigue tu oración personal)










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