miércoles, 26 de diciembre de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES DÍA 25/12/2018




COMIENZA EL TIEMPO DE NAVIDAD
MARTES 25 DICIEMBRE







NATIVIDAD DEL SEÑOR

 SOLEMNIDAD
DE LA NATIVIDAD DE JESUCRISTO
Papa Francisco: La gracia que ha aparecido en el mundo es Jesús, nacido de María Virgen, Dios y hombre verdadero. Ha venido a nuestra historia, ha compartido nuestro camino. Ha venido para librarnos de las tinieblas y darnos la luz. En Él ha aparecido la gracia, la misericordia, la ternura del Padre: Jesús es el Amor hecho carne. No es solamente un maestro de sabiduría, no es un Ideal al que tendemos y del que nos sabemos forzosamente distantes, es el sentido de la vida y de la historia que ha puesto su tienda entre nosotros.





PALABRA: 
• Isaías 9,1-3.5-6: El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo: se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada en sangre, serán combustible, pasto del fuego. Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz. Para dilatar el principado con una paz sin límites, sobre el trono de David y sobre su reino. Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre. El celo del Señor lo realizará.




Salmo 95,1-3.11-13: Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.







Tito 2,11-14: Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para lodos los hombres; enseñándonos a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro: Jesucristo. Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda impiedad, y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.


LUCAS 2,1-14: Salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo siendo Girino gobernador de Siria.Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad.También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta.Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: «No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor».



                                    MISA DEL DÍA
Isaías 52,7-10a: ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la victoria, que dice a Sion: «Tu Dios es Rey»! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sion. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén: el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.






Salmo 97,1-6: Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.





Hebreos 1,1-6: En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los Profetas.Ahora, en esta etapa final nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por me dio del cual ha ido realizando las edades del mundo. Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de Su Majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues, ¿a qué

angel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado»? O: ¿«Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo»?Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios».

JUAN 1,1-18: En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. El Verbo en el principio estaba junto a Dios. Por medio del Verbo se hizo todo, y sin él no se hizo nada de lo que se ha hecho. En el Verbo había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.Vino a su casa y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.Y el Verbo se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de Él y grita diciendo: «Este es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo"». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

ORACIÓN: 
¡Te felicito JESÚS, por tu nuevo cumpleaños! Para mí hoy, cuando tantas cosas quieren atraer mi atención, tú eres lo único importante, el centro de mi vida, la esperanza cierta de felicidad y salvación. Que todo lo demás quede en un plano muy lejano, que no pueda distraerme. Celebro contigo, con María y José, con la Iglesia, con mi familia o comunidad, la gran fiesta de tu venida al mundo y a mi vida. (Sigue tu oración personal).



















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