domingo, 16 de diciembre de 2018

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO DÍA 16/12/2018 (VÍSPERA DE SAN LÁZARO)






Adviento/3° Salterio 3° Semana. Tomo 1
Domingo 16 Diciembre







Santos Ageo prof, José Mañanet pb, Everardo mj,
Adelaida em


 Papa Francisco: En Juan está la imagen y la vocación de un discípulo. La fuente de esta actitud de discípulo ya se reconoce en el episodio evangélico de la visita de María a Isabel, cuando Juan saltó de alegría en el seno de su madre. Jesús y Juan, en efecto, eran primos y tal vez se encontraron después. Pero ese primer encuentro llenó de alegría, de mucha alegría, el corazón de Juan. Y lo transformó en discípulo, en el hombre que anuncia a Jesucristo, que no se pone en el lugar de Jesucristo y que sigue el camino de Jesucristo. Es bueno preguntarnos: ¿Cuándo tuvo lugar mi encuentro con Jesucristo, ese encuentro que me llenó de alegría? Es un modo para volver espiritualmente a ese primer encuentro con el Señor, volver a la primera Galilea del encuentro: todos nosotros hemos tenido una. El secreto es precisamente volver allí: reencontrarnos con el Señor y seguir adelante por esta senda tan hermosa, en la que Él debe crecer y nosotros disminuir.





PALABRA:
Jesús dijo a los judíos: «Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testi-
monio de un hombre: si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan este testimonio de mí: que el Padre me ha enviado».


ORACIÓN:
Isaías 56,1-3a.6-8; Salmo 66,2-3.5.7-8 • JUAN 5,33-36
SEÑOR, hay a la vista un problema grave: Juan el Bautista esté en una profunda crisis de fe que purifica su corazón de primo tuyo y lo convierte en discípulo. Sin embargo, como tantas veces, tú no te quedas en el acontecimiento que pasa, sino que prevalece tu conciencia de salvador: Si digo esto es para que vosotros os salvéis. Aun en los momentos fuertes de tu vida, sobresale la bendita obsesión de mi salvación. Eres mi salvador, eres mi amigo . (Sigue tu oración personal).

Esas obras que hago

dan testimonio de mí:


que el Padre me ha enviado.



















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