Árboles
Ciertos árboles se cree que están fuera de lo ordinario. Por ejemplo: El Iroko (Chlorophora excelsa) es considerado sagrado y se cree que ella es habitada por un poderoso espíritu. Los hombres que viven cerca de él, le tienen mucho miedo, pues creen que el espíritu que los habita produce terribles sonidos a intervalos. Los muebles hechos con esta madera, pueden producir ruidos molestos en las casas, y las puertas hechas de esta madera, se mueven a sus propios acordes. Este árbol no puede ser derribado a menos que un rito especial se haya realizado. Además se cree que se realizan importantes reuniones de brujas y hechiceros, tanto en las raíces como en la copa del árbol, y esto justifica la razón por la que es uno de los lugares donde con mayor frecuencia son colocados los sacrificios ofrecidos.
Además del Iroko, hay otros árboles más que están habitados por ciertos espíritus como Eegun (árbol de algodón de seda; Eriodendron orientale); Ayán (árbol africano de madera de raso) y ümó (Cordia millenii). Muchos de estos árboles son inmensos, y se elevan sobre los otros árboles, cubriéndolos por completo.
Ellos producen el temor en los hombres que parecen enanos en su presencia. Árboles semejantes, que tienen un crecimiento anormal, por ejemplo, un árbol de la palma con tres troncos, no son pero se clasifican como raros y como tales son considerados una morada probable de los espíritus. Los hombres veneran semejantes árboles y atan a su derredor un pedazo de tela roja o blanca para marcarlo como sagrado. A él se le traen las ofrendas "El árbol sagrado" de vez en cuando emite ladridos o cosas semejantes que los obliga a refugiarse, pero particularmente durante las fiestas anuales y siempre que los curanderos quieran quitar la corteza, o tomar la raíz.
IROKO IROKO
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La ceiba y la sociedad secreta de los abakuas o ñañigos.
La ceiba —ukano beconsí— es igualmente sagrada para un ñáñigo o abakuá, el miembro de esta sociedad secreta y lamentablemente famosa en el siglo pasado, que fundaron en el pueblo de Regla, en la margen opuesta de la bahía de La Habana, esclavos y libertos áppapas del Calabar.
Mercancía humana, "paquetes", "piezas" del Calabar, vinieron muchas a Cuba: abayas, suamas, eluyos, okankuas, isiekes, efís, áppapas, áppapas grandes y áppapas chiquitos —bibís, "que eran el diablo"— brinches y brícamos, todos comprendidos en el término genérico de carabalís.
Uno de los muchos viajeros anglosajones que visitaron la isla en tiempos de la trata y escribieron sus impresiones, obtiene sobre los carabalís las mismas referencias que hoy nos dan muchos negros que los conocieron:
"Todos tenían su botija. El carabalí ahorraba. Eran agarrados. ¡Alejandro en puño! Muchos fueron ricos. Y empinados. no se podía discutir con ellos. Rencorosos y malgeniosos como ellos solos. ¿No ha oído usted decir que carabalí come gente?"
Otros los señalan entre los más nobles y dóciles que traían los traficantes de ébano.
Dóciles o indómitos, activos u holgazanes, la reputación que durante la colonia gozaron de bravos y arrogantes, de avariciosos. ahorrativos y adinerados, se mantiene corregida y aumentada, en la memoria del negro. "Cuando un carabali cobraba, guardaba; mientras los demás negros lo gastaban en seguida. ¡Y que carabalí todo lo cobraba: no perdonaba ofensa!"
El dinero se guardaba en botijas. Eran las alcancias del tiempo de la colonia. Venia en ellas el aceite de España y se utilizaban también en la fabricación, colocadas en el subsuelo de las casas para evitar la humedad.
Catalina pretende que había más carabalís libres que negros de otras naciones: "porque eran más trabajadores que los demás y muy unidos". Dato que no concuerda con lo que anota Frederika Bremer —quien dedica a los esclavos largas páginas llenas de simpatía—, documentándose con el hacendado Chartrand, dueño del famoso Ariadna, gran conocedor de los africanos, a los que hace sudar el kilo,escribe el Rey. Abbott, huésped del Laberinto, . Los carabalis", dice la Bremer, Que hayan sido muchos sus defectos o sus cualidades, a estos carabalís debemos la introducción en Cuba del ñañiguismo, y especialmente a los citados áppapas, "que jugaban en su antiguo cabildo Abakuá Efó sin querer al principio admitir en su sociedad a los criollos, hasta que éstos, que eran sus propios hijos, insistieron tanto en que los juramentaran que los taitas africanos les enseñaron y autorizaron el primer partido de criollos, que se plantó en Regla en la calle Perdomo, en tiempos de Tacón. Pero estos negros criollos no admitían mulatos en su juego, y a blancos mucho menos".
La oculta fraternidad con residencia en Regla y licencia oficial, era una reminiscencia de las que existían en los días de la trata en el Africa Occidental, y no han dejado de existir, diseminadas e innumerables, en todo el continente negro.
Un viejo ñáñigo nos traza así la genealogía de las sociedades —potencias, tierras, partidos o "juegos" de ñáñigos— que surgen en el primer tercio del siglo pasado: "Appapa, (Efó) el fundamento de Abakuá en Cuba, autoriza a Efik Butón, quien autoriza a Efik Kondó, Efik Ñumané, Efik Acamaró, Efik Kunakúa, Efik Efigueremo y a Efik Enyemiyá; a Eforí Isún, Eforí Kondó, Eforí Orará, Eforí Mukero, Eforí Bumá, Eforí Araocón. Son estas las siete filiales o ramas de las dos potencias creadoras, Efí y Efó.
"Cuando Abakuá tomó incremento", me dice el enkríkamo de una potencia Efor, "los blancos estimaron que ellos también podían ser ñáñigos, y empezaron a lipidiar y a querer meterse a la fuerza en los plantes. Andrés Petit, el mismo que fundó la regla de Santo Cristo del Buen Viaje, Quien vence, vence batalla, Tiembla-tiembla nunca cae, El día que tesia mundo acabá, era el zahorí, el Nasacó del juego Bococó"— según otros ñáñigos era Isué de Efó Guana--- y este Andrés Petit entró en negociaciones con los blancos y les vendió el secreto en quinientos pesos. Por su traición los blancos pudieron ser ñáñigos y formar su potencia, que se llamó Acanarán Efó. Petit decía que a los blancos, _por su moropo (cabeza) había que admitirlos para que durase en Cuba el ñañiguismo". "De esta potencia, de Acanarán Efó", comenta otro informante, nacen todos
los demás partidos mixtos de blancos y negros. Había entre los ñáñigos blancos que juró Andrés Petit, gente de arriba, como hoy. Militares y caballeros de levita. Gente de título, sí señora, de la aristocracia de entonces. hijos de condes y marqueses. Pero la verdad es que a partir de esa fecha empezaron las rivalidades y los matados, y lo del ñañiguismo se puso feo. Ya eso se calmó; hoy todo está confundido. aunque de vez en cuando se arma una discusión —que como bien dice un refrán de los ñáñigos, nos queremos como hermanos y siempre estamos peleando como gallos, se pierde una bofetada o un tirito y viene la justicia con la jaula. ;Antes. qué buenas pendencias y qué odios a muerte! Los ñáñigos de San Lázaro se enfrentaban y se iban a las manos con los de Jesús María: se abrían las navajas: y eso duró hasta el gobierno de Gómez. ,Que un ñáñigo del barrio de Colón apuñaleaba a uno de Jesús María? Todos los de Jesús María tomaban represalias. Como es natural, tenían que vengar al hermano.
Y además de las venganzas. los piques. Por tonterías, por el baile, o porque, pongamos por caso, y ya eso era más grave. uno que se iba a jurar en Ecoriofó se juraba en Ebión... y eran guerras con sangre de barrio contra barrio-.
Un alto dignatario de un partido Efó me enumera como potencias más antiguas de La Habana. a Efik Abakuá, Efik Ibondá, Efik Abarakó. Efik Ubane. Efik Uriabón, Efik Enclentati, Ekerewá A Ioni. Ekerewá Kamfioro, Gumán Efó, Eforí Komón, Ibiabanga Efó. Muñanga Efó. Efori Betongó. Eforí Barandó, Eforí Bacocó, (los que iniciaron a los blancos), Oru Appapa, Oru Abakuá, Abakuá Oru, Oru Bibi. Ecorio Etán Oru.
Al barrio de Jesús María. célebre en los anales de la sociedad ñáñiga (del mayombe y del hampa de todos los colores) pertenecían los partidos Ibondá. (ramas Efí y Efó).
Efó Kondondibó, Ekerewá Memi Efó. Anandihá Efó. Amiabón. el ilustre Ecoriofó y el no menos ilustre Ibiabanga; Enyemíyá Eh, Barondó, Oru Appapa. En Carraguao. Eforí Gumá; en los Barracones (Carlos III), Eforí Encomo. "En el barrio de Pueblo Nuevo teníamos a Muñanga Efó, Betongo Efó, Appapa Umoni, Urianabón Efí, partido muy fuerte que radicaba en Colón. Kerewá Icanfioro Efí, muy numeroso, en el barrio de Belén. Usagaré Mutanga, Sangrimoto y Usagaré Munankere, en Sitios. Isún Efó, en Atarés. Ebión Efó, que fué muy pendenciero y que hoy cuenta con algún representante, senador o concejal, en San Lázaro. Embé Moró, antes en Colón y hoy en el Vedado, tiene fondos; prosperó mucho. En cambio desaparecieron dos juegos o partidos de los primitivos: Oddani Efó y Oddani
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GUAO
Dentro de los árboles considerados de importancia y sagrados dentro del fundamento yoruba-bantú ese es el GUAO, pues así como tantas veces os digo que para que exista un bien siempre hay un mal acechando, ese mal es lo que representa precisamente este árbol devastador, dañino y ausente de ningún tipo de piedad que solo toma un camino,que es el de devastar allá por donde pase aunque también tiene algunas propiedades curativas sobre todo para temas de piel, berrugas, lunares etc.Este árbol entre más lejos de la vida de uno casi mejor pues ya que ni de aliado es recomendable ya que ni piedad tiene de aquel que solicita su alianza y ahí os dejo algunas cualidades que lo caracterizan:
GUAO. Comocladia dentada. Jacq.
L. Ewe Ina, Ipapeyé, Iggi Béru. Ichócho, Akima, Iká.
C. Guao, Masosi, Mabímbi.
---¿Su dueño? ¡Elufá! ¡El Diablo! y Oggún. Zarabanda.
Con este arbusto no puede hacerse más que iká, daño. Su contacto, su sombra, sus efluvios, todo en él es maligno.
--No hay palo más endiablado en el monte; ni mejor para matar, desbaratar, reventar, acabar con todo.-
-La maldad es natural en el guao, y nadie se atreve a tocarlo". El más ligero contacto con este matojo, hincha y a veces produce fiebre. El espacio de tierra en que brota es igualmente pernicioso. Se emplea como término de comparación, "ser malo como el guao", o "peor que el guao" ya es mucho decir de la condición de alguna persona. Existe, y conviene saberse porque el guao abunda en toda la isla, una manera de evitar los efectos desagradables de esta diabólica planta e inmunizarse contra posibles y futuros contactos.
-Si el guao lo pica a Ud vuelva de inmediato con un fuete o un palo. Insúltelo. Péguele duro, y después lo escupe.
Si al tocarlo se le había hinchado la mano o cualquier miembro, y si siente picazón, se cura enseguida después de la paliza, y ya nunca más, aunque lo toque, volverá a hacerle daño. Esta operación debe hacerse por precaución donde quiera que halla guao".
Se emplea en muchos maleficios para hinchar al enemigo, y sobre todo para falaiñá, armar tragedias, ocasionar la ruina de una casa, sembrar la discordia en una familia o enemistar a los amigos.
He aquí la fórmula tradicional de este mpolo: se mezclan los polvos de guao con los del aromo, la picapica y los huesos de la cabeza de un perro y de un gato. Pimienta china, de guinea y de botica. Araña peluda, macao, piedra de alumbre, azogue, sal, carbón y tierra de cementerio. Se preparan, naturalmente, como todos los mpolos, al pie de la nganga y bajo la dirección del espíritu cuyo poder actúa en ellos.
Como la esencia de este arbusto es destructora, con su resina, muy cáustica, se destruyen las verrugas, ojos de pescado y otras excrecencias de la piel.
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LA PALMA REAL
Su relación con el gran Orisha Changó, con Oyá y Aggayú. Historia de Changó. Incesto. Changó y Oggún. Nsasi. La piedra de rayo. Changó, Oyá y los mayomberos. Maleficios. La Palma y los Ornó Changó. Un Ornó-C....sango: Calazán. Ritos. Guano Bendito. Ceniza. La palma en la medicina. El desmochador.
En lucumí: Ilé Changó Orissá. Iggi Oppwé. Opé. Alabí. Cefidiyé. Eluwere. Oluwekón. En congo: Lala. Mábba. Diba. Dunkende.
El más popular de los orishas, Changó, "Alafi-Alafi rey de Oyó y rey de reyes'', Changó, Santa Bárbara, es inseparable del árbol más bello y sugestivo de Cuba. Changó Olúfina, como hemos visto, mora en las ceibas, pero a la incomparable palma real, que imprime al paisaje de la isla el encanto de su gracia altiva, fina y melancólica le cabe el honor de ser "la verdadera casa de Alafi", su vivienda predilecta. "Es su trono y su mirador". Allí suele manifestarse en su aspecto más terrible, Changó Obayé. Es dueño de otros árboles, del álamo melodioso, del jobo, del framboyán incandescente, del cedro, del pino; pero la palma es el más simbólico de su divinidad. "El rey del mundo que se viste de punzó, el negro prieto y bonito que come candela", el dios del fuego, desde la vara afilada y trémula de la palmera que se eleva al cielo, dispara sus flechas a la tierra.
"Donde está la palma, allá está Changó descollando en la rama y plantado como en la torre de su ilé olódin" (castillo).
Este cogollo que se eleva en el centro del airoso penacho que componen sus brazos, es un verdadero pararrayos que atrae las descargas eléctricas. Changó, el trueno, —"el artillero del cielo"—, "va siempre a la palmera", "cae en la palma real". La asociación con el gran orisha, se hace inevitable. Por el rayo, que fulmina todos los años un número considerable de estos árboles, sobre todo en la estación de las lluvias, Alábbi o la palma tiene también, en la economía religiosa de nuestro pueblo, un valor aproximativo tan sagrado e importante como la ceiba.
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UKANO MAMBRE
La Palma Real y los Abakuás
Bajo la palma, a orillas de un río del Calabazar. se manifestó por primera vez el espíritu que adoran los ñáñigos o abakuás.
-Nuestra religión se organizó al pie de la palma, por eso la adoramos. Por eso es nuestro emblema. En la palma fué la aparición. La palma fué testigo de vista del misterio. Debajo de la palma se enterró a Sikán...-
Y del milagro también fueron testigos y depositarios de su secreto, como hemos dicho anteriormente, la tribu elegida de los Appapas. primeros dueños de Ekue. que trajeron a Cuba estos misterios.
A Sikán, teniendo en cuenta la revelación de que fué objeto, se la llama con frecuencia Sikuanekua, y así Don Rafael Salillas anotó Sikuanekua Jémbe Appapa; "pero Acanabionké es su nombre verdadero", me dice un Abakuá. Era la hija de un rey de Efó, del Iyamba Suwo Manantieroró: aunque nos encontramos con que en algunos manuscritos de ñáñigos, Eroco Sisi aparece como padre de Sikán, y que en otros vemos a Eroko Sisi como sucesor de Suwo Manantieroró... Un Isué me asegura que Eroco Sisi se llama Iyamba Suwo Manantieroró "después del milagro".
Rafael Salillas, en rápida entrevista con los ñáñigos deportados que encuentra en la cárcel de Ceuta, anota el de Accaureña Appapa, que hoy parecen desconocer los ñáñigos que he consultado.
La madre de Sikán era Isunbenké; su hermano, Ebión Benké. Su marido, un jefe, Efiméremo, de la vecina tierra Efí, era Mocongo, hijo de Chabiaca. Todas estas confusiones en la geneálogía de Sikán se evadirán facilmente reteniendo que nadie más que el Iyamba, —rey de Efó— fué su padre; y Mocongo, Efiméremo de Efí, su marido.
Blanco fué mi nacimiento
morada fué mi niñez
verde fué mi juventud
negra fué mi vejez.
Seco, viejo y negro el palmiche, las ramas se desprenden y caen, y el brujo dispone de una escoba —bale, nmónsi, moana kamba,— igualmente dotada de grandes virtudes. "Trabajada" con ajo, será en Cuba, la escoba en que las brujas isleñas cabalgan por los aires.
Con esta moana kamba karondo, se azota a las Prendas, y al Yimbi, cuando se manifiesta, "plana, y viene muruanda, atravesado**, rijoso. Muchos las emplean para zurrar a los Abikús y ajustarles las cuentas a estos espíritus torcidos y encarnados en los niños, pero es más corriente de un extremo a otro de la isla para este fin, el uso de la escoba amarga.
Aunque puede echarse mano de un yémbu u ossú, --cuero—o de un palo, con escobas de palmiche, preferentemente. suelen castigarse aquellos árboles tercos o emperrados que se niegan a dar frutos.
En compañía de otra persona, el dueño del árbol, armado de una rama de palmiche, comienza por descargarle sobre el tronco un golpe con todas sus fuerzas. El acompañante, cuyo papel se reduce al de espectador y preguntón, interviene entonces:
—¿Por qué le pegas al tamarindo, o al mango, naranjo, mamey?, etc.
—iQue por qué le pego,, preguntas? debe contestar el otro fuera de sí. ¡Porque es un canalla, porque es un haragán porque me engaña y no quiere darme frutos! y continua echando pestes, sofocado, golpeando y amenazando al árbol, si no se corrige. con derribarlo a hachazos, o quemarlo. Ha de mostrarse furioso, para que el árbol quede tan asustado como avergonzado, de haber sido maltratado e injuriado, —con razón,—, ante un testigo.
El que ejecuta este castigo a veces una buena e inofensiva dueña de casa, se marcha segura de que no tardará en saborear los frutos que le había negado hasta entonces.
Estas mondas a los árboles que no frutecen y que "dan muy buen resultado", ocurren en muchos viejos y encantadores patios de provincia.
En fin, con las pencas verdes de la palma real, se figura un monte en el templo o casas de santo, y la choza de ramas en que el iyawó de Oggún recibe plácemes y homenajes después de su consagración. Oggún, Ochosi y Elegguá, hán de -asentarse"
forzosamente e cielo abierto, en la manigua. Yaguas y gajos de otros árboles y otras plantas que les pertenecen, crean en cualquier patio, o en un ángulo del Igbodú, la frondosidad y la atmósfera mística de. una selva sagrada.
Con las pencas secas las santeras confeccionan las faldas que visten las hijas de Oyá el día de su "nacimiento" en Ocha, y hacen los flecos -malipó- con que adornan sus altares o el dintel de la puerta del igbódu.
También se emplea el marigwó en el vestuario ritual de un Oggún.
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bueno amigos aquí os dejo el último de esta serie de árboles sagrados que he querido compartir con vosotros esperando que esta información os pueda aportar algo de luz y entendimiento en esta filosofía de vida positiva donde toda energía llega de mano de nuestra madre naturaleza
Framboyan
FRAMBOYAN. (Delonix regia (Bojer.) RaL)
L. Iggi Támbina, Ináweko.
Dueños: Changó y Oyá.
"Es Igguínla (árbol grande) de Changó Oníle".
"A cierta hora de la noche el framboyán arde, quema como si tuviese candela dentro de su tronco. Si nos acercamos, si nos sentamos sobre sus raíces, lo oiremos crepitar. Nos levanta en peso; ¿sabe porqué? Porque a esa hora, Changó y Oyá hicieron un pacto. Changó, por porfiado, por andar de un lado a otro, cayó preso en territorio enemigo. Oyá le decía a menudo: Que vengan a buscarte a tu casa. Quédate quieto en ella. Pero también, como era brujo y curandero, cuando había enfermos iban a buscarlo y el iba a curarlos con su pilón. En una de esas, lo agarraron fuera de su tierra. Oyá se cansó de esperarlo. Convencida de que no vendría, fué bajo el framboyán, encendió una hoguera y se acostó sobre el fuego. Changó recibió su mensaje en la cárcel. El fuego le hizo señas. Truenos iban y venían pero no se comían los hierros de la cárcel y Changó no pudo salir de ella. Oyá comprendió que había que intentar otra cosa. Esta vez tiró su machete en la candela; del machete partió un rayo, brincó en el rayo y Oyá, quemó la cárcel. Changó se encontró con ella. Ve a apagar tu hoguera, le dijo. Lo llevó junto al framboyán. Changó metió la mano en la candela y encontró el machete de Oyá y comprendió que ella lo había salvado".
"El año que el framboyán tiene muchas bainas o florece antes de tiempo, mortandad infantil en perspectiva. Hay que tomar precauciones y hacer rogación.
Se hacen oraciones y en el tronco se le unta de manteca de cacao. Ebbó de fruta, para los muchachos."
--Babalú Ayé quiere ir a reposar a su sombra y por esto tiene guerra con Changó, pues éste para que el viejo vaya al framboyán, como sabe que por sus llagas, no puede andar en el fango, le forma un lodazal con lluvia. Babá se molesta, echa a volar la epidemia, y es el punto en que perecen los muchachos."
Las bainas del framboyán, pintadas de rojo, sirve de marugas o acheré y se emplean, ritualmente, para llamar a Oyá.
El framboyán es bueno para el reumatismo. Una fórmula muy trinitaria para tratarlo es ésta: machacado con jengibre y aguardiente de caña, en fricciones, y simultáneamente tomarlo en cocimiento.
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FRESCURA.
L. Ewe rú matán, Tutu.
Dueños: Oshún, Yemayá.
Esta yerba que brota en tierras húmedas, procura suerte al que baldea con ella los pisos de su casa.
Se considera beneficiosa para los riñones.
"Cuando la guerra de Ifá con Osain, los hijos de Ifá cogieron frescura, que nace en las piedras del monte, y la yerba no se secó; vivió un mes. Cuando Ifá vió ese prodigio dijo que Osain era el orisha más grande de todos."
--Verdaderamente, al hablar de Osain ¡dífún Osain! (Osain agwéniyi owaloye iyame ko yemí Agroniga oní gwágwaddó olo malu gúdda gúdda), debe uno levantarse un poco de la silla y tocarse el vientre."
"Y no sólo cuando se mienta a Osain: si se nombra a cualquiera de los dieciséis Ocha, y estamos sentados, se alza uno de la silla, o se hace el ademán, y fibále, se toca el suelo con la mano".
—"Otto bale, kofún bále" (persígnate, cuando oigas hablar de los Ocha). Es muy buena la frescura para purificar las casas, refrescar los espíritus, aclarar la suerte; y el que padece de los riñones, deberá tomarla en infusión como agua común.