lunes, 20 de marzo de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 19/03/2017 DÍA DE SAN JOSÉ DÍA DEL PADRE



Oficio de la s.
2Sam 7,4-5a.12-
14a.16 /Sal 88 /
Rom 4,13.16-18.22
/ Mt 1,16.18-21.24a
(o bien: Lc 2,41-51a)







S. José esposo de
María, s.
Amando; Ida; Juan;
Marcos

PALABRA:
Mateo 1,16.18-21.24a
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.


La fiesta de san José
Hoy celebra la Iglesia la solemnidad de san José, el esposo de María. Es como un paréntesis alegre dentro de la austeridad de la Cuaresma. Tres hermosas virtudes resplandecen en la vida de san José: primera, su fe profunda, intensa, aunque cargada de interrogantes. No le debió ser fácil ver que María «antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo». Se había propuesto deshacer el acuerdo matrimonial pero «en secreto»; segunda virtud, saber cambiar de proyecto de vida cuando Dios nos lo pide. Cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños, revelándole que él tenía que ser el padre legal del Niño, lo aceptó inmediatamente «y tomó consigo a su mujer»; tercera virtud, la santidad. «Varón justo, varón santo». Hombre de bondad y de bien, trabajador incansable. San José es patrono de la Iglesia universal, de los Seminarios donde se forjan los futuros sacerdotes, de nuestras familias tan golpeadas en la sociedad de hoy.



Te pedimos, san José, esposo de María, por nuestros Seminarios, corazones de las diócesis, donde se forjan los futuros sacerdotes. La casa de Nazaret fue el p lmer Seminario del mundo y tú estuviste al frente de la Sagrada Familia, protegiéndola, alimentándola, guiándola al compás de la voluntad de Dios. Protege nuestros Seminarios y nuestras familias.  






                                     


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