Tiempo Ordinario/15º Salterio 3ª Semana, TomoIII
Sábado 14 Julio
Santos CAMILO pb, Francisco Solano pb, Tuscana vd rl.
Beato Mariano de Euse pb
Papa Francisco: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré». Cuando Jesús dice esto, tiene ante sus ojos a las personas que encuentra todos los días por los caminos de Galilea: mucha gente sencilla, pobres, enfermos, pecadores, marginados... Ahora los llama a todos a su lado: «Venid a mí», y les promete alivio y consuelo. Lo dice también a quienes poseen todo, pero su corazón está vacío y sin Dios. También a ellos Jesús dirige esta invitación: «Venid a mí». La invitación de Jesús es para todos. Pero de manera especial para los que sufren más. Jesús promete dar alivio a todos, pero nos hace también una invitación, que es como un mandamiento: «Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón» (Mt 11,29). El «yugo» del Señor consiste en cargar con el peso de los demás con amor fraternal.
PALABRA:
Exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
ORACIÓN:
Isaías 26,7-9.12.16-19; Salmo 101,13-21 • MATEO 11,28-30
SEÑOR, me invitas a ir a ti, cuando estoy cansado y agobiado, a cargar con tu yugo y a aprender de ti, manso y humilde de corazón. Tú eres el único refugio seguro cuando por mi debilidad se enfría el fervor de seguirte y es urgente que me convierta, que vaya a ti.
El pecado es el peor cansancio y agobio que puedo tener. Por eso, hago de tu consejo misericordioso oración del corazón, que repito hoy una y mil veces: Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón como el tuyo. (Sigue tu oración personal).
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