domingo, 30 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 29/04/2017


Sábado 29 Abril
Oficio de la f 1Jn 1,5-2,2/ 
Sal 102 /

Mt 11,25-30







Sta. Catalina de 
Siena, f.
Hugo de Cluny;
Pedro de Verona; 
Roberto de

Molesmes

PALABRA:
Mateo 11,25-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».



Los «sabios» y los «sencillos»
Jesús establece dos categorías de personas con relación a su reino: los «sabios» y los «sencillos». Los sabios son los que no se enteran de las cosas de Dios, mientras que los sencillos son los que saben de eso. Los «sabios» en Israel formaban la aristocracia religiosa, principalmente los «letrados», los estudiosos de la ley religiosa y sus interpretaciones más complicadas. Los «sencillos», que etimológicamente hace referencia a los «niños», a los «lactantes», o lo que sería lo mismo que «los incultos», «los ignorantes», los «simples», no pueden acudir a los centros de estudio y escuchan a Jesús con atención. Precisamente son más limpios, más libres, por sus carencias, y captan mucho mejor los mensajes de Jesús. La sencillez de corazón equivale a no «centrarnos en nosotros mismos», en «nuestro saber», en nuestro «egoísmo», sino que nos sitúa en un plano humilde de pobreza que acoge con mucha más gratitud aquello que se le ofrece. Se trata de «saber conectar con Dios» o «dejar que Dios conecte con nosotros».


La verdad nos hará libres. Contar la historia verazmente es asumirla como lección, como semilla de futuro. El evangelio siempre debe ser verdad y complicidad. Lo que tampoco contradice el consejo de Jesús: ser sencillos como las palomas y ser astutos como las serpientes. Danos, Señor, la sencillez de abrirnos a Ti, escucharte y confiar siempre en Ti.




            




sábado, 29 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 28/04/2017






IV de Pascua
4° del salterio
He 11,19-26/Sal 86
/Jn 10,22-30







S. Pedro Chanel
/ S. Luis María
Grignion de 
Montfort, m.I. 
Gianna Beretta; 
Prudencio;Vidal

PALABRA:
Juan 10,22-30
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente». Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».

Transparentar el Evangelio
Son los fariseos los que piden a Cristo que hable con franqueza. ¡Tremenda paradoja! Los maestros del sofisma y del engaño, los seculares portadores de una salvación imposible para ellos y para los demás, exigen la Palabra encarnada, palabra veraz, que hable con verdad y sencillez. ¿Se puede brindar a nuestra consideración mayor sin-sentido? Con todo, la escena nos sirve para recordar que queremos responder sinceramente a cada una de las circunstancias de la vida. Deseamos, por todos los medios, escapar de la doblez farisaica que conduce a la soledad y al aislamiento. ¿Qué podemos hacer para ser más sinceros? Escuchar y meditar las palabras de Pedro: «Señor, ¡Tú lo sabes todo!». Gustar la presencia de Dios es el mejor modo de decir siempre la verdad al prójimo y al Señor, siempre presente. Somos veraces con los demás porque somos verdaderos delante de Dios.




Tenemos miedo de aparecer con nuestros defectos, Señor, que el pueblo de Dios nos ayudaría a corregir. Quizás no tenemos bastante fe en la Iglesia llevada por el Espíritu. Todo es cuestión de que logre esa sintonía entre mi fe y mi vida. La verdad consiste en «ser», no «aparentar».
        


viernes, 28 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 27/04/2017



Jueves 27 Abril
IV de Pascua
4° del salterio
He 11,1-18 / Sa141 /Jn 10,1-10










Na Sra. de
Montserrat; Zita 
de Luca; Pedro 
Armengol; Bta. Mª 
Antonia Bandrés



PALABRA:
Juan 10,22-30
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Os aseguro que el qu no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sin que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; per el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. este le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las sac fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina de lante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conoce su voz; a un extraño no lp seguirán, sino que huirá de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les puso est comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por es añadió Jesús: «Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todo los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero la ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí s salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entr sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que ten gan vida y la tengan abundante».



Jesús es la puerta
La metáfora nos abre al mundo que Jesús nos trae: que todos tengamos vida, un vida plenamente humana y feliz. Por eso, nos dirá también: «Yo he venido para qu tengan vida». Jesús, acceso a la plenitud total de vida. Esta puerta está siempr abierta, no tiene un horario de visita ni tampoco un tiempo señalado para recibirnos Esta puerta está abierta para todos cuantos llamen, o bien directamente, desde I esperanza y la fe, o bien desde la orilla de la búsqueda y de la buena voluntad. Est puerta nos garantiza el acceso a un mundo nuevo, con rutas que tienen siempre u mismo destino: palpar que el mundo tiene un Padre de ternuras y bondades que n ha creado, nos ha colocado en el escenario de la historia, nos ha dado una misió que cumplir y un proyecto que realizar, nos acompaña, nos lleva de la mano. No garantiza la plenitud.                                                                                                                                                                                                                                                       




jueves, 27 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MIÉRCOLES 26/04/2017



Miércoles 26 Abril
4º del salterio

He 4,8-12 / Sa1117 
/1Jn3,1-2/Jn 
10,11-18








Isidoro de Sevilla; 
Nª Sra. del Buen 
Consejo; Gregorio 
y Domingo;

Marcelino; Rafael 
Amáiz



PALABRA:
Hechos 4,8-12
En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos, interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta este sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos».





Salmo 112
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.






1Juan 3,1-2
Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal
cual es.


1Juan 10,11-18
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre».



Los destellos del Buen Pastor
El título de Pastor se aplica con frecuencia a Dios, como el Pastor fiel que cuida del pueblo. En tiempo de Jesús, los pastores no gozaban de buena fama e incluso aparecían en las listas de los «oficios despreciados». Jesús se proclama el Buen Pastor, que ofrece su vida por las ovejas que están amenazadas o que se encuentran en peligro. El Buen Pastor tiene tres hermosos destellos: primero, conoce a sus ovejas y las llama por su nombre; segundo, ejerce su labor desinteresadamente, no como los mercenarios; tercero, arriesga su vida, entrega su vida por las ovejas. Son tres hermosos destellos que califican y definen a un buen pastor. Todos los que ejercen y tienen a su cuidado una pequeña grey, han de poseer estas cualidades.



Señor, todos los que tenemos a nuestro cargo y encargo una pequeña grey —una familia, unos alumnos, unos subordinados—, queremos ejercer de «buenos pastores» como Tú. Queremos entregar nuestra vida en aras del servicio más leal.                                                                                                                                                                                                 


miércoles, 26 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL MARTES 25/04/2017



Martes 25 Abril
Oficio de la t
1Pe 5,5b-14 /Sal 88
/Mc 16,15-20









S. Marcos, f.
Pedro de San
José de Betancur;
Aniano; Giovanni

Piamarta

PALABRA:
Marcos 16,15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos». Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.


Marcos, el primer evangelista
EI evangelio de Marcos es, probablemente, el primer evangelio escrito de los cuatro evangelios canónicos y del que bebieron como en una fuente los otros tres evangelistas. La tradición coloca a Marcos en Roma, al lado de san Pedro, quien, probablemente, lo bautizó en Jerusalén; por eso, en su primera carta, lo llama «mi hijo Marcos». los recuerdos, la experiencia, las reflexiones transmitidas por Pedro, sirvieron a Marcos para escribir su evangelio. No glosa, no diserta, no comenta nada; simplemente ofrece un relato lleno de viveza y colorido. Su característica es la precisión, la claridad, el detalle. Pone vida en las personas. Apenas trae discursos: simplemente hechos que hablan por sí solos. Quiere que veamos a Jesús como Hijo de Dios. Y será en el evangelio donde nosotros aprendamos a amar, a caminar, a morir con Cristo y a resucitar con Él.


la Biblia es una mediación que el Señor nos ha dado para ayudarnos a discernir su Palabra viva, que nos sorprende agazapada en cualquier lugar de la historia, porque hoy Dios sigue «revelándose» y sigue pronunciando su palabra viva.
                 


martes, 25 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL LUNES 24/04/2017





Lunes 24 Abril
III de Pascua
3° del salterio
He 9,1-20/Sal 116 
/Jn 6,52-59










S. Fidel de
Sigmaringa, m.l 
Gregorio de Elvira; 
Benito Menni; 
María de Sta. Eufrasia
Pelletier

PALABRA:
Juan 6,52-59
En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre qüe vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.


 Descubrir la Eucaristía           Estamos llegando al final del discurso del «pan de vida» y los judíos no acaban de entender lo que Jesús les propone. Comer la carne del Hijo del hombre y beber su sangre es algo para lo que no están preparados y, menos aún, si son palabras que entienden al pie de la letra. Por eso hay un rechazo inicial a la propuesta de Cristo. Comer la carne de Jesús es aceptarle como el nuevo Cordero pascual, cuya sangre nos libera de la esclavitud. En la Eucaristía recibimos al Cristo resucitado. Lo recibimos, realmente, de verdad. Comulgar es unirnos a Cristo de tal forma que la persona y la vida de Jesús están presentes en la vida del que comulga. Cuando descubramos plenamente el valor de la Eucaristía, buscaremos los sagrarios como oasis de felicidad.                                                                                                           

Señor, yo quiero recibirte en la sagrada comunión, sentir tu presencia real en mi vida, emocionarme con tu cercanía tan honda, tan sublime. Yo quiero pasar horas ante Ti, en el sagrario, horas de adoración, de contemplación y de diálogo personal contigo. Yo quiero saborear tu divinidad que hace resplandecer mi humanidad.                                                                                                    




lunes, 24 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL DOMINGO 23/04/2017


Domingo 23 Abril
III de Pascua
3° del salterio
He 8,26-40/Sal 65
/Jn 6,44-51







S. Jorg y S 
Adalberto, m.J
Egidio de Asís; Juan
de Hólar; Bta. Teresa
Mª de Ia Cruz,



PALABRA:
Juan 6,44-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios". Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ese ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: este es el pan que ha bajado del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».



Espléndidas revelaciones
Jesús nos hace en esta página del evangelio espléndidas revelaciones. Primera, « soy el pan de vida», el pan que sacia apetencias y que da vida, «vida eterna», limitación alguna, sin principio ni fin, porque decir «eterna» no es hablar de duración sino de plenitud. Segunda, «el pan que yo daré es mi carne», o lo que es lo mismo que decir que Jesús se nos da como pan, «el pan que yo daré no es solo el proyecto, sino el ejemplo de mi vida sino que soy yo mismo». Tercera, Jesús está presente en la vida de quien cree en Él. Podemos hacer una síntesis de estas hermosas revelaciones: que quiere Jesús, lo que nos ofrece a todos es vivir bien, con seguridad, con salud, con dignidad. Por eso, hablar de Jesús es conectar con ese mundo nuevo de plenitud que nos presenta y nos ofrece el evangelio. «Y yo lo resucitaré en el último día». Sin duda esta es la frase más esperanzada que se ha pronunciado sobre la faz de la tierra. Salió de labios de Jesús de Nazaret. Y, cada día, la susurra a nuestros oídos.




Señor, ¡qué bellas palabras nos dices para que descubramos, al fin, tu presencia en medio de nosotros! Tú eres el pan de vida, tú lo eres todo, estás con nosotros siempre, caminas a nuestro lado, nos prometes una vida que no tiene fronteras, que nos hará sonreír entre un continuo murmullo de esperanzas


                             



        



domingo, 23 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL SÁBADO 22/04/2017



Sábado 22 Abril
III de Pascua
3° del salterio
He 8,16-8 / Sa165 /
In 6,35-40







Cayo; Sotero; Lucas;
Miles; Parmenio;
Bta. Ma Gabriela
Sagheddu



PALABRA:
Juan 6,35-40
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».


Jesús es el pan de vida
Jesús es el «pan de vida», o lo que es lo mismo, Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida. Ese «pan de vida» es diferente a la ley religiosa que dio Moisés. Jesús tiene otro proyecto mucho más importante: su propia vida, ofrecida en rescate por todos. Lo que Jesús promete es que quien tome en serio su proyecto, quien crea en Él, camine junto a Él, no pasará ni hambre ni sed. Su proyecto no consiste solo en la fría renuncia ni en las obligadas observancias. Su proyecto consiste en aceptar y formar parte de un reino de verdad, de amor, de justicia y de libertad. Para ello, es primordial encontrarnos con Él, sentir su mirada en lo más profundo del alma, abrirnos a su Palabra para encarnarla en nuestras vidas. El cristianismo es Cristo, no la fría legislación que tantas veces creemos que es su médula. Será nuestra entrega a Cristo, «el pan de vida» que va a saciar todas nuestras hambres, la que nos haga vivir de veras el cristianismo.



Señor, queremos ser tuyos, seguir tus pasos, acercarnos a Ti, estar contigo. Queremos alimentarnos de ese «pan de vida» que eres Tú, para que así no volvamos a sentir hambre. El secreto es sencillo: buscarte, encontrarte y amarte con todo nuestro corazón.





                


sábado, 22 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL VIERNES 21/04/2017




Viernes 21 Abril
III de Pascua
3° del salterio
He 7,51-8,1a/Sal
30 /In 6,30-35










S. Anselmo de
Canterbury, m.I.
Conrado de
Parzham; Anastasio
de Antioquía

PALABRA: Juan 6,30-35
En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús: «¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo"». Jesús les replicó: «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed».


El pan de Dios
Jesús comienza a explicar a sus discípulos el significado de «ese pan de Dios que baja del cielo». No lo entienden bien. Hace alusión al maná, al alimento que ofreció el Señor cuando la huida de Egipto. El «pan de Dios» es el que da vida, pero no solo a unos pocos privilegiados sino a todo el mundo. Los judíos hablaban del «pan de Dios», refiriéndose a la Ley que Dios da a su pueblo en el desierto por medio de Moisés. En cambio, cuando Jesús habla del «pan del cielo» se está refiriendo a sí mismo. La religión de Jesús no consiste en la observancia de unas normas legales sino en el seguimiento de una Persona. Nos lo dijo Benedicto XVI, con claridad y encanto: «el cristianismo no es una ideología sino un encuentro que cambiará por completo nuestra vida». Y ese «pan de vida» podemos recibirlo cada día en la sagrada comunión.


Danos, Señor, tu pan, tu Cuerpo y tu Sangre, alimento de salvación. Nos sentiremos cristianos cuando nos encontremos contigo, escuchemos tu voz, te abramos la puerta de nuestro corazón y sigamos tus pasos, realizando tu proyecto sobre cada uno de nosotros.

               



viernes, 21 de abril de 2017

CULTÍVATE CON LA PALABRA QUE ES VIDA DEL JUEVES 20/04/2017



Jueves 20 Abril
III de Pascua
3° del salterio

He 6,8-15 /Sal 118 
/In 6,22-29








Telmo; Sulpicio y 
Serviano; Inés de 
Montepulciano



PALABRA:
Juan 6,22-29
Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no había habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos. Entretanto, unas lanchas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?». Jesús les contestó: «Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios». Ellos le preguntaron: «Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?». Respondió Jesús: «La obra que Dios quiere es esta: que creáis en el que él ha enviado».


Curar y alimentar, dos tareas básicas
Hay dos temas que aparecen siempre en el evangelio: la salud de los enfermos y la comida de los que carecen de alimentación. Jesús se acerca a los enfermos, les devuelve la dignidad perdida, sana sus heridas, cura sus enfermedades. Jesús multiplica los panes y establece la vía del amor para solucionar el problema del hambre: compartir lo que tenemos con los demás, abrir nuestro corazón a los problemas, preocuparnos por los que lo pasan mal. No acabamos de solucionar el problema del hambre, porque solo buscamos el pan material sin fijarnos ni preocuparnos por los manantiales del amor y de la justicia, que serán, al fin, los verdaderos cauces que proporcionen alimentos a la humanidad. El problema radica en la falta de fe, es decir, en la falta de una motivación superior, de una voluntad y de una fuerza superior, que nos haga sensibles a la solidaridad, a la necesidad de compartir y de implantar la justicia en el mundo.







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