Lunes 24 Abril
III de Pascua
3° del salterio
He 9,1-20/Sal 116
/Jn 6,52-59
S. Fidel de
Sigmaringa, m.l
Gregorio de Elvira;
Benito Menni;
María de Sta. Eufrasia
Pelletier
Juan 6,52-59
En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre qüe vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.

Señor, yo quiero recibirte en la sagrada comunión, sentir tu presencia real en mi vida, emocionarme con tu cercanía tan honda, tan sublime. Yo quiero pasar horas ante Ti, en el sagrario, horas de adoración, de contemplación y de diálogo personal contigo. Yo quiero saborear tu divinidad que hace resplandecer mi humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario