VII de Pascua
3° del salterio
He 20,28-38 / Sal 67
/In 17,116-19
S. Bernardino de
Siena. m.l
Ivo de Chames;
Protasio Chong; Bto.
Arcángel Tadini
PALABRA:
Juan 17,11b-19
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad».
Las tres cosas que nos pide Jesús
Jesús nos pide hoy tres cosas a las comunidades cristianas: primera, la unidad. Pero una unidad que tiene rasgos especiales. La unidad de los creyentes ha de ser, según los deseos de Jesús, la reproducción visible en el mundo de la unidad invisible que existe en Dios, tal como Jesús nos ha enseñado que es Dios. Segunda, Jesús nos pide alegría, o lo que es lo mismo, felicidad. No es la alegría del mundo, el placer externo o el pasarlo bien, es la alegría que no se puede explicar porque nos hace sentirnos libres, perdonados, liberados de nuestras esclavitudes, salvados. Tercera, Jesús nos. pide vivir en la verdad. Vivir en la verdad significa vivir en la fidelidad a la palabra de Dios, a las enseñanzas de Jesucristo, recorriendo sus caminos tras sus pasos. Son las tres cosas que nos pide hoy a sus discípulos.
Danos, Señor, unidad, alegría y verdad. Son tres palabras que condensan el espíritu cristiano, los más hermosos destellos de una vida cristiana. Unidad contigo y con los hermanos, viviendo la caridad; alegría profunda de sentirnos salvados y libres de las mil esclavitudes que nos tiende el mundo; verdad para sentirnos auténticos, recorriendo tus caminos de salvación.
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