viernes, 24 de julio de 2015

MUNDO YORÚBA: CONOCIENDO LA CABEZA (YMORÍ)












EL PROXIMO RITO ES CONOCIENDO LA CABEZA (YMORI)
Lo ideal sería realizarlo dentro de los tres meses después del nacimiento. En este momento el objetivo es la naturaleza de la cabeza (ORI INU) o la personalidad que animó el espíritu del alma (EMI), la que se trajo al mundo de manera que los padres pudieran ayudar al niño a coordinar ambos (espíritu - alma). Según el tiempo pasa, la cabeza interna domina el alma, las dos son fundidas en una sola personalidad, se reconoce que el alma controla el cuerpo, la cabeza controla el alma; en su momento la cabeza interna decidirá qué cuerpo desea coger.
Para unificar la personalidad del niño los padres deben conocer de donde el alma viene. Hay tres posibilidades de saber la deidad, de la familia del padre o de parte de la familia de la madre. Puede darse el caso de que un alma recién encarnada quede sin crearse, en este caso ella queda libre de asentarlo. A los tres meses un niño no está del todo en este mundo, es decir no está acostumbrado a este mundo como nosotros, sus contactos han sido con aquellos en el cielo, como que acaba de llegar es más celeste que terrestre, por ello los rituales deben ser a tono con la realidad natural espiritual. Esta nueva criatura nadie la conoce, ella viene del cielo y puede más bien ser una abuela materna o un abuelo paterno, pero sigue viniendo desde el cielo, no conoce lo que viene a hacer aquí por lo que hasta que no lo sepamos nosotros no lo podemos tratar como a nosotros mismos, lo tratamos como a extraños que no estamos acostumbrados al lugar, no podrá o pondrá sus funciones y conocimientos a adquirir nuevas experiencias.




Al igual que el ritual anterior, el YMORI se hace al amanecer cuando se está más fresco o atento. El adivino comienza realizando un pequeño sacrificio en la puerta de su casa,otro de vino de Palma y de aceite de Palma en su bóveda espiritual (OJUERERE). Tirando las colas para ver si su hijo ha sido aceptado, los padres traen otros sacrificios.. En el pasado los padres traían un Ñame asado y una Rata ahumada, la madre un Ñame hembra y un pescado ahumado, actualmente los padres no separan estos ofrecimientos. El pescado implica paciencia y serenidad femenina, estos ofrecimientos a ambos lados del tablero indican los lugares por donde la criatura puede llegar, la madre a la izquierda y el padre a la derecha. Para adivinar se pone un poco de agua en el piso y todos los presentes lo comparten, primero la criatura bebe y traga agua y luego el padre y la madre con Ginebra, con dos pequeños y delgados palillos que representan ambos lados de la familia. El adivino riega el polvo en el tablero, hablándole y rezándole a los palillos, le pide que si es del lado de la familia paterna, lo diga, y si es del lado de la familia materna que lo diga; si no es paterna ni materna, que diga la deidad. Después que el adivino identifica el ancestro específico, deidad que el niño representa, durante este proceso se espera que el niño se duerma como señal de que el mismo recibe sus ancestros o deidades según el caso, si él no se duerme significa que el niño no está recibiendo el alma a través de la cabeza interna. Tal niño estará temeroso y continuará teniendo problemas con el alma y no le permitirá descansar en paz.
Consultando otra vez más sobre la cabeza del niño, utilizando unos versos y una vez más la dirección dentro de ella, se utiliza IBO que representa 10 diferentes direcciones, la mitad positiva y la otra mitad negativa. Los 5 pasos favorables son:
1. Larga vida (AIKU) representado por una piedra.
2. Progenes (ULE) representado por un semilla.
3. Triunfo sobre los enemigos (ISEGUN) representado por un hueso.
4. Abundancia (AYE) lo representa un cauri.
5. Logro total combinado (AREDEWA) representado por una concha.



Estos pasos favorables indican los valores medulares de los YORUBAS. En el lado negativo, los mismos objetos representan las mayores privaciones de la vida. Muerte tempestiva, esterilidad, opresión, pobreza, fracaso total combinado, respectivamente según aíslan la dirección entre los versos también pueden determinar sacrificio.




Un niño puede nacer para morir, el ABIKU. Un ABIKU es un niño cuya alma es considerada irresponsable ya que nunca ha completado un ciclo de vida. Un niño muere joven y su espíritu vaga continuamente atormentando a la madre con renacimientos y muertes repentinas. Una vez identificados, los adivinos hacen rituales especiales de abuso verbales a los niños para avergonzarlos sin misericordia por permanecer en este mundo. La ceremonia antes descritas es igual que las de ORI poco conocidas. Hoy en día en el Occidente se establece que un iniciado para recibir su ORI tiene que ser iniciado en IFA o en OSHA por lo que esto último significa un robo ya que el ORI como deidad puede estar con la persona sin que antes o después mediatice ningún otro rito y se explica que no debe ninguna persona establecerse en regla de OSHA o de IFA sin tener su ORI entendiendo que este es parte formal de nuestro Ángel Guardián.
últimas palabras:
En definitiva todo lo que se puede tratar sobre ORI es muy diverso y extenso ya que es muy inspirador.
Compartir nuestras alegrías con los demás ya que nuestro ORI nos ha permitido vida, sabiduría y suerte y esta última nos permite gozar de todo lo bueno y sano que en el mundo existe transformamos nuestro carácter, esto es una transformación interna la cual es muy elemental para gozar de este mundo y desde este hacía otro que nos permita vivir en paz con los demás seres humanos, en armonía con la naturaleza viviente y la no anímica. Esta conciencia no permitirá que este conocimiento se pierda después sobre esta conciencia sobre los seres humanos permite conducirnos como sabios bondadosos.
Que OLOFIN nos bendiga a todos, que nuestro ORI siempre nos ilumine.
Orí es un Orisha. Rector de lo divino en la exclusiva particularidad de un ser. Rige el destino del individuo, el cual, como ser espiritual, eligió frente a Olodumare, antes de encarnar el cuerpo material. Es un Orisha que posee cada individuo desde el momento de su nacimiento.
Orí es una entidad de indiscutible importancia, es el Orisha personal de cada individuo. El Orí de una persona debe ser atendido regularmente mediante inmolaciones y lo que Orí decide, ningún otro Orisha lo puede modificar ni alterar. Hay quienes tienen un Orí tan fuerte que por más brujería que se le haga esto no lo afecta, ya que teniendo un Orí fuerte o teniéndolo bien atendido, es la única forma de combatir a los Eniyan o brujos del astral, cuya interferencia solo se combate con Orí, haciendo vano el esfuerzo de otros Orishas. Se dice que no se puede hacer nada por el poseedor de una mala cabeza, solo podrán realizar su destino mediante su fuerza de voluntad y su conducta Iwa. La adoración de Orí incluye la de Eledá.
Según los investigadores de la religión Yorúbá, señalan que Orí es la deidad universal de la casa, adorada por ambos sexos como el "dueño del destino". El ser humano está formado por dos energías fundamentales dentro del Arú (cuerpo), el Orí (alma) y el Emí (espíritu). Algunos refieren que la representación de Orí son caracoles atados juntos en forma de corona (adé), otros afirman que son 41 los
caracoles.
Este Orisha se guarda celosamente en un cofre que recibe el nombre de Ilé Orí, su tamaño es tan grande como sea capaz de hacerlo su propietario, algunos llegan a tener seis cabezas unos 12.000 caracoles. El recipiente que contiene a Orí, se cubre con un manto o capa de tela blanca y adornada con ribetes o cintas de color del Orisha tutelar de la persona, a este se le cosen caracoles en la parte superior de 9, 16 en la parte central ), 16 en la parte inferior. Los 9 representan las 9 casa de Orún, por donde transita el Emí, cuando abandona el Ará del propietario.
Los 16 de la parte superior son de propiedad de Orí y los 16 de la parte inferior son de Oduduwa - Orishanlá. El contenido de la Igba Oddun Orí, representa la creación del ser humano, el dueño de ella es Obbatalá que emplea a Ajalá (el que moldea las cabezas), para la construcción de la misma, demostrando a Olodumare lo conocimientos que tenía para esa encomienda. Orí es un Orisha propiedad de los Babalawós, porque nace al lado de Igba Odun (Olofin). A Orí se le inmolan carnero, chiva blanca, dos gallinas blancas, 16 codornices y gallina de guinea blanca.
Patakí:
Orí tenía un negocio de vender obí en la plaza, pero como estaba sola, no se podía valer bien. Un día pasó Shangó por allí a comprar unos cocos, Orí le contó su situación y le pidió que la ayudara, pero Shangó le dio evasivas y se fue.
Días después, pasó Orunla por allí y Orí le pidió ayuda. El adivino le dijo que tenía que hacer una ceremonia de rogación con dieciséis viandas, dieciséis cocos y dieciséis pesos durante dieciséis días. Orí así lo hizo y mientras pasaban los dieciséis días le fueron saliendo el tronco y las extremidades, de manera tal que, al transcurrir el plazo señalado por Orunla, ya el cuerpo estaba completo. Por eso Orí dispuso que Orunla fuera su padre.
El gobierno de Orí:
Hubo un tiempo en que la cabeza, el tronco y las extremidades, andaban cada cual por su lado.
—Esto no puede seguir así —se dijo Orí—, debo ir a casa de Orunla para que él me resuelva.
Orunla le pidió a Orí que sacrificara un carnero y pusiera los restos en la plaza.
 Cuando Orí puso el paquete con el carnero en la plaza, vino el tronco y le dijo:
—Orí, te estaba buscando porque quiero que vivamos juntos.

Después que se unieron, aparecieron los Apa y les dijeron que ellos, desde hacía tiempo, querían unirse también a la cabeza y el tronco. Luego aparecieron las Elese melli y manifestaron:
—¡Qué casualidad que los encontramos aquí! Nosotras dos hemos pensado que mejor nos unimos, porque estamos cansadas y aburridas de estar solas.
Desde entonces, cabeza, tronco y extremidades, andan juntas, gracias a que la cabeza supo qué hacer.
















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