Cultivarse es crecer, la ira no hace nada por nadie, la paciencia es la madre del buen carácter, quienes la cultivan disfrutaran de larga vida
viernes, 17 de julio de 2015
PALABRA Y VIDA: SABADO 18/07/2015
sabado
ciriaco y paula
bruno;leoncio
nemesio
xv del t.o
3º del salterio
Éx 12,37-42/sal
135/Mt 12,14-21
mateo 12,14-21
En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de
allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo
que dijo el profeta Isaías: «Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi
espíritu para que anuncie el derecho a las naciones.
No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no
lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones».
La salvación, desde el amor:
De nuevo, el contraste entre los fariseos y Jesús, entre la religión de los fariseos y la misión de Jesús. Mateo nos ofrece la cita del profeta Isaías, porque ve en ella un resumen ajustado de lo que fue la vida del Señor: «anunciar el derecho a las naciones»,
es decir, la realización del derecho, o lo que es lo mismo, la salvación para todos, no solo para los elegidos, sino para todas las naciones. La implantación del derecho y de la justicia no se hará con la dureza de las prohibiciones y observancias, sino desde el amor, desde el don de sí mismo. Jesús ofrece la salvación, invita a elegir sus caminos, mientras derrama las curaciones de los enfermos y atiende a todos con la entrega total de su persona.
Este reino y esta salvación —palabras claves en la evangelización de Jesucristo— pueden ser recibidos por todo hombre, como gracia y misericordia, pero a la vez cada uno debe conquistarlo con la fuerza, «el reino de los cielos está en tensión y los esforzados lo arrebatarán, dice el Señor, con la fatiga y el sufrimiento.
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